Otra verdad incómoda: la relación entre el alcohol y el cáncer reaviva el dilema entre salud y economía
El dietista-nutricionista Aitor Sánchez y la Master Of Wine Almudena Alberca reflexionan sobre la evidencia científica y sobre la importancia del vino en la sociedad y la economía
MADRID
El Parlamento Europeo aprobó el pasado miércoles una serie de enmiendas impulsadas a su informe sobre la lucha contra el cáncer con las que precisan que, si bien el consumo "nocivo" de alcohol puede suponer un riesgo para desarrollar esta enfermedad, no cualquier consumo es nocivo, como sí indicaba el informe en su versión inicial y como defiende la OMS. El texto aprobado en Estrasburgo, además, tampoco determina cuál es la "cantidad nociva" de alcohol. Una ambigüedad celebrada de inmediato por el Comité Europeo de Empresas Vinícolas y por Cerveceros de Europa.
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El dietista-nutricionista Aitor Sánchez, que se desplazó a Estrasburgo —invitado por el Parlamento Europeo— para seguir la votación, asegura que "la certeza que tenemos al vincular el consumo de alcohol con el cáncer es muy clara" y que se basa en "datos robustos" del Centro Internacional de Estudios Contra el Cáncer, de la OMS y de estudios de referencia como el que publicó The Lancet en 2018. No hay una cantidad beneficiosa y otra perjudicial. Consumir alcohol, según la evidencia científica, supone siempre un factor de riesgo de diferentes tipos de cáncer.
"Lo que ha sucedido es que un texto político ha rebajado el vínculo entre el alcohol y el cáncer, pero no en base a datos sino en base a motivos económicos y por la presión de la industria", dice Sánchez, autor de Mi dieta cojea.
Durante décadas, sin embargo, muchos médicos han asegurado que una copa de vino al día era beneficiosa para la salud. ¿Ha quedado desfasada esa premisa? "No es que el conocimiento respecto al vino se haya quedado obsoleto sino que en realidad nunca hubo datos para respaldar esos mensajes confusos, como el de esa supuesta protección cardiovascular. Esos efectos antioxidantes que se esgrimían no compensan el impacto del alcohol en nuestor organismo. Pero la situación ha sido tan flagrante que, gracias a la denuncia de muchos sanitarios, se ha conseguido corregir", responde.
Una verdad incómoda (2006), el documental de Al Gore sobre los efectos del cambio climático —en un mundo impulsado por el petróleo, el gas y el carbón— supuso un shock que ha hecho recapacitar a millones de personas. Otras, en cambio, siguen resistiéndose a ver en las cuestiones medioambientales una absoluta prioridad. Pero el debate entre salud y economía está presente en muchos otros ámbitos y la pandemia, de hecho, ha sido un buen ejemplo.
De la misma forma, no cabe duda de que, para tres de los principales productores de vino del mundo —España, Francia e Italia—, las conclusiones a las que han llegado los investigadores sobre la relación entre el cáncer y el consumo de alcohol también suponen una realidad que no solo cuestiona muchos de sus principios sino que pone en jaque a un potente sector económico del que dependen más de 400.000 empleos, que destaca por su capacidad exportadora y que además potencia (y desestacionaliza) el turismo de calidad.
La enóloga zamorana Almudena Alberca, que fue la primera mujer española que se sacó el título de Master Of Wine, sostiene que no se trata de "una realidad incómoda" sino de "algo que hay que conocer" y a lo que, en realidad, le ha dedicado mucho tiempo de estudio.
"Como amante de los vinos, que contienen un porcentaje de alcohol muy bajo, en comparación con los destilados, nuestro claim siempre ha sido el consumo moderado de alcohol. Un síntoma de una buena salud, desde ese amor a un producto natural que viene del campo y que tiene otras labores positivas, como la preservación del medio ambiente o su capacidad para fijar población rural".
Alberca espera que la percepción del vino en la sociedad no siga el camino recorrido por el tabaco, pero sí lo compara con las salsas dulces o grasas: "Puedes tomarlo a veces aunque sabes que no es bueno para tu salud. Lo que haces es modular ese consumo y gestionarlo de forma racional, como promueve el programa Wine Moderation. Pasa lo mismo con el azúcar, la comida ultraprocesada y muchos ámbitos de la vida. Hay que poner nuestros límites desde el conocimiento".
¿Azúcar o tabaco?
Aitor Sánchez tampoco cree que el vino vaya a ser víctima de un proceso similar al del tabaco, pero sí vislumbra un futuro a medio plazo similar al del azúcar: "Seguiremos consumiendo de forma social, pero nos iremos sacudiendo todos esos mensajes irresponsables que relacionaban el vino con una dieta saludable".
Las enmiendas aprobadas en Estrasburgo fueron impulsadas por PP y Vox, y solo votaron en contra tres diputados de JxCat, dos de ERC, Ernest Urtasun (Catalunya en Comú), Pernando Barrena (Bildu) y parte de la delegación del PSOE.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía...