Callejero histórico de Córdoba: Leopoldo de Austria, el obispo que quiso comprar Fuente Obejuna

Córdoba

La calle Leopoldo de Austria se encuentra en pleno centro de Córdoba, entre las plazas de San Juan y de Pineda, al lado del Colegio de las Esclavas. Y el personaje que le da nombre fue un obispo que rigió la Diócesis de Córdoba entre los años 1541 y 1557.

Don Leopoldo era hijo bastardo del emperador Maximiliano I y, por ello, hermano bastardo de nuestro Felipe el Hermoso y tío también bastardo del emperador Carlos V, que le buscó un puesto en consonancia con sus apellidos, al frente de una de las diócesis más importantes, y ricas de España.

Su huella en Córdoba

A su iniciativa se debieron obras importantes que permanecen en la ciudad. "Con la colaboración de Hernán Ruiz II dio un gran impulso a la construcción del crucero catedralicio, de varias capillas de la Mezquita, de la capilla bautismal de San Nicolás, de la fachada de la iglesia de San Pedro o de las torres de San Lorenzo y Santa Marina. Pero lo que más se celebró en su tiempo fue la llamada Alameda del Obispo, un suntuoso palacete de recreo pensado por si venía su sobrino a Córdoba", nos ha contado Manuel García Parody.

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Un pasadizo subterráneo para ver a su amante

El historiador ha recordado que como obispo, Leopoldo de Austria "dejó mucho que desear". Tuvo varias amantes, "una de ellas fue la catalana Catalina de Aspert. Para facilitar sus relaciones, don Leopoldo ordenó construir un pasadizo subterráneo entre su vivienda y el Palacio Episcopal y así los dos amantes se podían ver sin provocar murmuraciones, porque eso de que una dama entrara y saliera de Palacio a altas horas de la noche no estaba bien visto".

Intentó comprar la villa de Fuente Obejuna

Fruto de su relación con Catalina fue el nacimiento de un hijo a quien llamó Maximiliano, como su padre el emperador. "Leopoldo procuró que no le faltara de nada en la vida y como tenía dinero en abundancia, en 1557, cuando ya reinaba Felipe II, compró la villa de Fuente Obejuna, que era una población de realengo" por la que llegó a pagar 400.000 ducados. Pero el Consejo de Hacienda declaró nula la compra. "Leopoldo no pudo hacerse con Fuente Obejuna y además perdió su inversión porque el rey nunca se la devolvió".

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Su muerte, castigo divino

Leopoldo de Austria enfermó durante un viaje a Yueste, encontrando la muerte en la localidad de Villanueva de la Serena. Manuel García Parody recuerda como "en el libro 'Casos notables de la ciudad de Córdoba' se dice que viniendo de Yuste se paró a descansar a unas leguas de Fuente Obejuna, donde de improviso le dio el mal de la muerte y en un triste poyo, sobre una esterilla, dio su alma a Dios". Y concluye afirmando que “dio mucho que pensar en toda España el modo de la muerte de este príncipe en tan rigurosa ocasión, indigna y ajena a un obispo, a quien castigó Dios tan visiblemente que ni él ni su hijo gozaran del señorío de Fuente Obejuna”.