Musicoterapia en la tercera edad y clases de inglés en la Alcarria de Cuenca

Cuenca

Caminar por las calles de los pueblos más pequeños de Cuenca en una tarde de invierno supone un recorrido en solitario. No suele haber nadie por las calles. Sus pocos vecinos se refugian del frío, a veces del helado cierzo que serpentea por las callejuelas antiguas, encerrados en sus casas. Solo el eco de nuestros pasos resuena desde el empedrado suelo de una plaza hacia las fachadas de las viejas casonas señoriales hoy deshabitadas.

El caminar nos lleva sin embargo a encontrarnos esta vez con una sucesión de notas musicales que inundan con armonía la plaza Mayor de Albalate de las Nogueras. No vemos a nadie a nuestro alrededor, pero la curiosidad nos lleva a acercarnos al edificio del que sale la música. A través de un ventanal enrejado vemos luz en el interior y, si nos asomamos, descubrimos el origen de esas notas de piano y de los acordes de guitarra.

La fundación

La fundación Mayda Antelo es una entidad creada tras el fallecimiento de la poetisa que le da nombre con el objetivo de impartir clases de música en este municipio alcarreño, pueblo en el que vivió esta enamorada de las artes y mecenas de artistas. “Mayda murió en 2017 con 102 años y nos dejó este edificio, su casona en la plaza Mayor del pueblo, y un legado inmobiliario en Madrid que se ha aprovechado económicamente para poner en marcha la fundación”, explica su presidenta Luci Moreno, quien también fuera alcaldesa de Albalate de las Nogueras entre 1991 y 2007. “Su intención era que se impartieran clases de música y eso es lo que hemos conseguido”.

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Desde hace varios años, la fundación imparte tanto clases de música como de inglés cada jueves y viernes por la tarde.

“La fundación aporta el 52% de la matrícula a cada alumno que viene”, explica Luci Moreno. Dos profesores se encargan de atender a unos cuarenta alumnos, en varios turnos según la edad, el nivel y la materia a estudiar, procedentes de los pueblos de la comarca. Niños, jóvenes y adultos del propio Albalate o de Torralba, Villaconejos de Trabaque, Cañamares, Albendea, Cañaveras o Cañizares, asisten a su formación en esta vieja casona.

Más allá de esa labor docente, esta fundación organiza otras actividades culturales a lo largo del año, sobre todo en verano, en el ámbito de la programación Estío Albalate cuando celebran presentaciones de libros y un recital de poesía. Además, tienen un coro formado por personas también de los pueblos de esta comarca.

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La biblioteca

La labor de mecenas de la cultura de Mayda Antelo con su pueblo ya tuvo una primera donación en la década de los 80 cuando ofreció un edificio también en la plaza Mayor para crear una biblioteca que desde entonces lleva su nombre. Albalate fue uno de los primeros municipios de la provincia de Cuenca que contó con este servicio cultural, hoy integrado en la Red de Bibliotecas Municipales de Castilla-La Mancha, y que supone más que un lugar para la consulta y préstamo de libros, es un espacio dinamizador de la vida cultural y social del pueblo con clubes de lectura, punto de información juvenil, espacio wi-fi y sala de ordenadores.

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Mayda Antelo

Mayda Antelo se llamaba en realidad María Dolores Teresa Escudero Antelo y era nieta de la también poetisa Pilar de Cavia y Lac, hermana de Mariano de Cavia. Aunque nacida en Villar del Maestre, otro pueblecito de Cuenca, Mayda estuvo vinculada a Albalate donde su familia era terrateniente. Inquieta y autodidacta en muchos aspectos de su vida, por su condición económica tuvo acceso a la cultura desde muy pronto. Obtuvo titulaciones me­dias y superiores en Saint Albans City Hospital, en Hornssey y High School de Londres, según apunta en el blog El desván de mis libros el historiador albalateño Arturo Culebras quien define su poesía como “sencilla, concisa y expresiva, y en su obra figuran diferentes motivos, donde priorita­riamente el soneto alcanza su mayor virtud”. No fue ajena a los movimientos culturales de su época y llegó a participar, por ejemplo, en la tertulia madrileña Versos con faldas promovida por Gloria Fuertes, Adelaida Las Santas y María Dolores de Pablos.

Música

“Yo enseño lenguaje musical, teclado, guitarra, bandurria y laúd”, explica la profesora de música Pilar Gómez, natural de la cercana localidad de Cañizares, donde mantiene activa la artesanía del mimbre con unas amigas. “Tengo alumnos desde 3 años hasta algunos de 70. Con los más pequeños trabajamos a través de canciones y cuentos, con instrumentos de percusión pequeños, se les inicia en el sentido del ritmo y, cuando te quieres dar cuenta, ya están tocando música”.

“Es muy importante un recurso como el que ofrece la fundación Mayda Antelo”, remarca Gómez. “En estos pueblos tan pequeños a lo mejor hay una o dos personas interesadas en aprender música y sería imposible llegar a ca da sitio. El que haya un punto en el que crear un grupo es muy importante”. De cara al final del curso, Pilar está preparando con todos los alumnos festival que se celebrará en el salón municipal de Albalate.

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Inglés

Mateo Ortega es el profesor de inglés. Igual que Pilar tiene alumnos de todas las edades y de varios pueblos de la comarca. “En estos sitios es muy difícil acceder a formación de idiomas y este recurso es una oportunidad tanto para los más pequeños en su refuerzo escolar como para los mayores que quieren iniciarse en el inglés”, explica Mateo. “Es muy bonito dinamizar un pueblo tan pequeño. Es una alegría ver tanto niño, como me decía una señora mayor hace unos días”.

Musicoterapia en la tercera edad

Una de las actividades más bonitas que desarrolla esta fundación, con el apoyo económico de la Diputación Provincial de Cuenca, es la musicoterapia con la tercera edad. La profesora es también Pilar Gómez y los viernes por la tarde dedica una hora a los residentes de la vivienda de mayores de Albalate de las Nogueras.

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“Tratamos de mejorar las condiciones físicas, psíquicas y emocionales de estas personas a través de al música”, explica. “Trabajamos el movimiento en la medida en la que pueden, con el baile o siguiendo el ritmo de la música con instrumentos pequeños, o con las manos. También trabajamos la memoria con canciones que ellos conocen. Ahora, por ejemplo, me han enseñado ellos a mí los mayos de Albalate. Todo esto les aporta alegría, les transporta a momentos agradables que han vivido con las emociones a flor de piel. Cantan, les gusta tocar los instrumentos, hacemos gimnasia con música para tratar de que el movimiento les ayude a estar activo. Yo salgo muy satisfecha cada viernes después de esta actividad”.

Próximos proyectos

La fundación tiene en mente adecuar la planta de arriba de la casona de Mayda Antelo para habilitar espacios de residencia de artistas, “por ejemplo, si alguien quiere escribir un libro en un lugar solitario o un grupo de teatro que necesita juntarse para poner en marcha un montaje”, apunta Luci Moreno. “También queremos habilitar otro espacio y facilitar que destacados intérpretes puedan venir aquí, en momentos concretos, a ofrecer clases magistrales de música”.

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