Una psicóloga experta en violencia de género recomienda "mostrar su potencial" a las víctimas del maltrato psicológico

València

Que tu pareja te ignore, ponga condiciones al afecto que te da, haga amenazas y no necesariamente a ti sino a alguien que te puede haber hecho algo o rompa objetos suyos durante un enfado. Son algunas de las formas en las que se puede manifestar la violencia de género según Mar Lluch, psicóloga forense especializada en la materia, que asegura que a la larga generan "un poso de miedo" en las víctimas.

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Según explica, la violencia machista empieza de manera sutil, "con chantaje emocional", y poco a poco va a más. Los maltratadores aíslan a sus víctimas, generan dependencia en ellas y las manipulan. Después, explica Lluch, ellas comienzan a sentir miedo y, cuando intentan romper sus agresores, ellos recurren al "cambiaré" y en ellas aparece un sentimiento de culpa y de justificación, como, por ejemplo, que ha tenido una infancia difícil. Estas conductas, expone, van a más: "Ella termina atrapada en una red".

¿Qué pueden hacer tanto las víctimas como el entorno? Según Lluch, las víctimas "deben tener claro qué es y qué no es amor" porque estas actitudes "son demostraciones de control, de posesión. Son chantajes emocionales". En el caso del entorno, cree que es "más complicado" porque el mismo no quiere intervenir, además la víctima tiende a justificar al agresor: "Es la costumbre que ha adquirido en la relación". Por eso, recomienda Lluch empoderarlas a ellas: "Sería mejor ayudarle a ella y mostrarle su potencial y su capacidad, sin hablar negativamente de él".

Lluch no cree que se haya producido un incremento de este tipo de violencias, sino que ahora se detectan más y se pone más el foco en ellas: "Antes no se ponía tanto el acento ahí, ahora nos fijamos en conductas más visibles". Estos aspectos salen ahora a la luz "cuando se gira la mirada hacia el origen" porque hay más información, pero cree que los indicadores siempre han estado ahí y "es ahí donde la mujer puede hacer la palanca para romper esa relación". "Esto es el inicio, puede ir a más y, si una mujer no quiere ir al final, hay que atreverse a poner ese final antes", asevera.

Según la psicóloga, una vez las víctimas consiguen hablar y se reconocen como víctimas se convierten en supervivientes: "El acudir simplemente a un psicólogo para decir que no se siente a gusto en su relación de pareja, ahí es como se comienza a trabajar esa conciencia". Para concluir, expone que hay que trabajar la prevención y la educación, "los mitos del amor romántico": "Hay que empezar a enseñar las diferencias entre lo que es y lo que no es amor desde las escuelas".