Denali, la heladora cima de América del Norte, es el próximo reto de Carlos Cardelle y Alfonso Blas

Alicante

A los sitios, se puede ir por los caminos normales, los que usamos la mayoría de los seres de carne y hueso. Se da la circunstancia de que también vamos, más o menos, a los mismos sitios. Pero, siempre hay quienes nos enseñan que salirnos de la ruta o del camino habitual es importante. Algunos, de ello, han hecho su forma de vida, otros, su forma de disfrutar de la vida.

Todos ellos nos enseñan que nos podemos escapar del asfalto, pisar la tierra, abrir caminos, buscar territorios inexplorados o casi, descubrir y sentirse como tal, sentirse en comunión con la naturaleza, superar retos, dar lo mejor de ti y buscar tus propios límites. Aunque parezca que hemos hecho de la Tierra una planeta finito, abarcable, los retos y las aventuras están ahí y son muchas.

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A fin de cuentas, como dijo Cavafis, Ítaca es el camino. Y el de hoy nos lleva al Denaly, el pico más alto de Alaska con sus 6.190 metros. Pese a su escasa altura, en comparación con las montañas más elevadas del Himalaya, en las que se rasca el cielo por encima de los 8 kilómetros, su peculiaridad reside en que es una de los picos más fríos del planeta debido a la latitud en la que se encuentra.

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Todas las semanas hablamos con Forajidos que buscan superarse o buscan nuevos retos. Todos ellos, nos demuestran que la vida es corta y debemos hacer lo que nos hace felices. Y para muchos la felicidad se encuentra en los lugares más inhóspitos del planeta. A fin de cuentas, la vida es una, pero los caminos para recorrerla son muchos. Aunque todos los caminos vayan a terminar en el mismo sitio, y no es Roma, no hace falta que os diga nada más, lo importante es escoger el que nos haga felices.

Y a Alfonso Blas y Carlos Cardelle las montañas les hacen inmensamente felices, de una felicidad tan contagiosa como envidiable. Y así están preparando su próximo reto. Se irán el 24 de mayo y calculan que pueden necesitar 20 días para afrontarlo. No es una montaña muy técnica, pero tienen que hacer una buena aclimatación ya que van a soportar temperaturas de hasta 40 grados bajo cero. También van a contar con la ayuda de Jorge Olcina, que como meteorólogo, les dará las últimas indicaciones para intentar hoyar la cima ya que las condiciones suelen ser muy cambiantes.

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Otra de las particularidades del Denali es que que su campo base está muy bajo, a tan solo 2.200 metros, con lo que para llegar a la cima hay que afrontar un desnivel similar al del Everest. De hecho, de media, solo llegan a la cumbre el 41 % de las expediciones.

Como nos han contado en Forajidos, se trata de una expedición benéfica con la que quieren visibilizar la actividad de tres ong: Rafiki Africa que favorece el desarrollo de las regiones de Sembabule y Hoima en Uganda, la Fundación UNER para el daño cerebral y el Club R19 contra la fibrosis quística.

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