Pablo Escribano, el abulense que sobrevivió en Mauthausen
Nació en Rasueros en 1917 y murió en París hace unos diez años.
Fue uno de los supervivientes que narró las atrocidades de este campo de concentración y participó en actos de conmemoración a las víctimas
Ávila
"El que le habla es un español que ha vivido una epopeya jamás imaginable en la vida. No se puede usted figurar lo que es haber entrado en ese martirio, en esa exterminación, en tanto sufrimiento..." El abulense Pablo Escribano termina con estas palabras su relato de lo que fue Mauthausen, un campo de concentración nazi que funcionó entre 1939 y 1945.
Pablo Escribano-Cano: "No se puede figurar lo que es haber entrado en ese martirio, esa exterminación..."
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Pablo Félix Escribano-Cano ingresó en Mauthausen en agosto de 1940 y fue liberado el 5 de mayo de 1945. Pasó allí casi cinco años y el relato de lo que vivió fue recogido en una entrevista realizada por Mercedes Vilanova que forma parte de los testimonios del Memorial de Mauthausen.
Nació en Rasueros y vivió en Navalperal
Pablo Escribano nació en Rasueros en una familia de agricultores. Era el penúltimo de siete hermanos. Cuando tenía 13 años se fue a Navalperal de Pinares con un tío que no tenía hijos y que era barbero. Allí aprendió el oficio y vivió hasta que estalló la guerra civil en julio de 1936.
"Era un domingo cuando estalló la guerra. Estábamos en el salón del baile. Apagaron todas las luces del pueblo porque venían los fascistas y la Guardia Civil entró en el pueblo", explica en la entrevista.
Navalperal de Pinares fue zona de guerra desde el principio, y "la primera semana tan pronto tomaban el pueblo las derechas como las izquierdas". A finales de octubre el pueblo ya está en manos del ejército sublevado y Pablo y su tío huyen en tren a Madrid "con lo puesto".
El preso 4.143 en Mauthausen
Tras huir a Francia pasó algún tiempo en el campo de refugiados de Angulema. Cuando llegaron los alemanes todos los que estaban allí internados fueron enviados en trenes de mercancías a campos de concentración. Pablo Escribano llegó a Mathausen el 24 de agosto de 1940. Al principio, como todos, trabajó en la cantera subiendo y bajando las 186 escaleras para transportar la piedra con la que se estaba construyendo el campo. Después estuvo en las cocinas "todo el día sentado, pelando verduras". Fue liberado el 5 de mayo de 1945.
El testimonio
El historiador Benito Bermejo le entrevistó en París. Recuerda cómo fue durante años la cara visible de los supervivientes de Mauthausen en los actos que se celebraban en Francia y en el propio campo.
Benito Bermejo: "Entrevisté a Pablo Escribano en París"
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María Ángeles Hernández
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Es redactora en SER Ávila desde 1994....