A medio camino entre un desayuno tardío y un almuerzo temprano
Casa Palacio María Luisa estrena el original "brunch" que servirá los domingos al mediodía en el jardín del hotel
Jerez de la Frontera
Traducido al español, "brunch" significa "desayuno tardío". Si nos quedáramos aquí, lo identificaríamos con el habitual desayuno relajado y contundente que nos dedicamos cualquier día festivo, los fines de semana o en vacaciones. Sin embargo, puestos a ampliar información, lo podríamos comparar con el "blunch", que es el desayuno más cercano al "lunch", la hora de la comida para los anglosajones; con el "drunch", que es la merienda-cena española o bien la comida en la que se consume mucho alcohol, o incluso con el "drunkfast", que es el desayuno con alcohol; el "drunner", que es la cena con alcohol o el "brinner", que es el brunch para cenar.
Al no aparecer de momento en el diccionario de la Real Academia Española, la mejor definición del "brunch" se situaría entre el desayuno tardío y el almuerzo temprano. Lo cierto es que este hábito aparece a finales del XIX en Iglaterra entre los miembros de la clase alta británica. Concretamente, la primera persona que habla de él es Guy Beringer en la revista Hunter´s Weekly. Los domingos se solía dar el día libre al servicio y éste, por la mañana, preparaba un bufé que incluía platos de desayuno y de comida que la familia podía servirse a lo largo del día.
Lo cierto es que, dependiendo de la ciudad y del hotel o restaurante, el "brunch" se suele servir entre las diez de la mañana y las cinco de la tarde. Consideremos que los más tempraneros disfrutarán de un "brunch" y los más rezagados de un "blunch". En cualquier caso, estaremos hablando de una combinación de comidas dulces con saladas. Habitualmente tortitas, tostadas francesas, gofres, galletas, magdalenas y batidos, en combinación con huevos, bacon, queso y mantequilla.
Aquí, en la provincia de Cádiz, tengo noticias de que podemos disfrutar de un "brunch" en el TK3 y en el Shamrok Bar & Eatery, ambos en Fuentebravía, y en el restaurante Sedona, en Rota.
También, desde este domingo, en un espacio que en menos de un año está consiguiendo tomar la delantera a la hora de ofrecer un servicio original y de calidad. Casa Palacio María Luisa se apunta a la moda del "brunch" haciéndolo de la única forma que sabe, dando lo mejor de ellos mismos. Nos lo explicaba este jueves en nuestro espacio radiofónico semanal de "Abocallena" el director del hotel, Enrique Tiscar, pero lo mejor era ir a comprobarlo personalmente.
A las doce y media estaba todo preparado en el jardín del hotel. Finalmente, la amenaza de lluvia no hizo necesario activar el plan B y las mesas pudieron disponerse según lo previsto bajo la sombra de la enorme jacaranda, providencial para amortiguar los efectos de la acción directa del sol de mediados de septiembre, para alivio de unos cuarenta comensales.
Ameniza el mediodía una orquesta con cinco componentes que interpreta en directo música clásica. Sobre la mesa perfectamente vestida hay una fuente con cruasáns, napolitanas, mini panqueques y tortas de Inés Rosales. Salvo las auténticas y legítimas de Castilleja de la Cuesta, el resto es de elaboración propia, y se nota. Café Catumbú y un vino rosado de Agustí Torello, con un toque dulce a pesar de ser un brut, cuerpo y personalidad.
Tanta con la bollería artesanal como con el pan de tres variedades que sirven a continuación (curry, semillas y de rústico) pueden utilizarse tres tipos de mantequillas (trufa, vainilla y común) y otros tres de mermelada casera (fresa, pomelo y zanahoria), además de sirope. A destacar la calidad de las mantequillas y de las mermeladas, especialmente la de zanahorias. Otra opción salada es tomate triturado con AOVE.
Un cremoso de chocolate con frutos secos, una mousse ligera y con un punto de amargor que se agradece marca el punto de inflexión del dulce al salado en el "brunch". Seguidamente, un carpaccio de ceps. Es una seta de la familia de los boletus cortada muy fina y que viene combinada con un salteado de chips, piñones, granadas y hierbabuena. Muy interesante.
Tras esto, un plato más contundente que nos avisa que estamos ya en plena ahora del almuerzo. Una lubina con cuscús de garbanzos y salsa de mejillón. Materia prima estupenda, cocción perfecta del pescado y combinación de sabores y texturas muy acertadas.
Los huevos Benedict los sirven en una versión en la que se prescinde del muffin o tostada que lo acompaña para aligerarlos. Están en un punto de escalfado perfectos y vienen acompañados de panceta y salsa holandesa. Sobresalientes en su conjunto.
Cerramos la experiencia del "brunch" con una tarta de queso para compartir entre dos (quien pueda, claro) de una factura muy notable.
En Casa Palacio María Luisa es posible poder disfrutar a partir de ahora todos los domingos al mediodía de un desayuno tardío o un almuerzo temprano. Tres posiblidades de menú, al precio de 38, 45 y 55 euros, con una selección dirigida por Ángel Taboada, chef del restaurante T22.