Bendita normalidad
Todos recordaremos dónde estabamos cuando los restos de Franco salieron del mausoleo
Alicante
Al margen de la oportunidad política (si es electoralista o sí), creo -y lo digo sin dramatismos, ni apasionamientos- que el de ayer volverá a ser uno de esos días más que históricos que todos recordaremos. Todos recordaremos donde estábamos cuando los restos de Franco salieron del mausoleo.
Por cierto, bendita normalidad con la que nos tomamos la decisión aquí, en Alicante.
Ayer oí a alguien que se preguntaba si la decisión nos hace mejores. Y evidentemente, soy de los que opina que sí. Supone quitarnos de encima -y no quiero hacer chistes fáciles- una pesada anomalía política, histórica, democrática... Nos homologa con Europa.
Y nos la hemos quitado todos. Y no solo los menos afines, los más rojos o los más progres, también las formaciones de derecha. Pasará algún tiempo y la mayoría de los que hoy critican la medida terminarán reconociendo que fue necesaria. Ha pasado con otras decisiones que se han tomado en la democracia.
Ahora, lo de ayer no es suficiente y hay que acabar con las tumbas de represaliados -también en nuestra provincia- y con los nombres de las calles o los vestigios franquistas que quedan en nuestras ciudades.
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