La manipulación de un radiador del sótano, posible causa de la explosión en la calle Toledo
Las declaraciones de varios testigos señalan el fuerte olor a gas que inundó el inmueble tras unas reparaciones que se realizaron ayer por la mañana
Madrid
La explosión del edificio situado en el número 98 de la calle Toledo de Madrid, en el distrito de Latina, provocó la muerte de al menos cuatro personas, el último un sacerdote que estaba ingresado herido grave. El accidente se produjo en unos pisos parroquiales pertenecientes a la iglesia de La Paloma, que está al lado. Por suerte, no hubo que lamentar más víctimas mortales del colegio La Salle colindante ni de la residencia de ancianos Los Nogales.
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Tras desalojar las viviendas cercanas, este viernes han acudido bomberos y técnicos del Ayuntamiento para planear la demolición de los pisos afectados y la Policía Nacional para interrogar a los testigos y esclarecer el origen de la explosión. Al parecer, hubo una primera explosión que se produjo en la caldera que estaba siendo reparada y esa detonación fue la que luego causó una más grande en las tuberías del gas del edificio, que es la que ha causado los grandes desperfectos.
En esta línea, los interrogatorios que ha practicado la Policía Nacional a los testigos de la tragedia, incluyendo a un sacerdote, describen una avería en un radiador de la planta sótano. Se solicitó a un electricista que colabora con la parroquia que lo revisara y durante la mañana del miércoles intentó arreglar la avería hasta que este trabajador se marchó a comer. Justo en ese momento un fortísimo olor a gas comienza a percibirse dentro del inmueble.
Los responsables de este centro religioso avisaron rápidamente al electricista, pero cuando este trabajador regresa al edificio se producen las dos explosiones. La primera de menor intensidad y la segunda poco después con efectos devastadores. Los pisos quedaron totalmente desnudos y los cascotes del edificio podían verse en el patio del colegio aledaño y en las vías de la calle Toledo.
El trabajador falleció por la deflagración que redujo a escombros la fachada, alcanzando los restos a otras dos personas que se encontraban en la acera de la calle. La Policía Científica ha puesto en vuelo sus drones para obtener imágenes del interior y del resto del inmueble. La zona no es aún segura ni para los bomberos.