Rodrigo García reconoce haber visto facturas de cloro infladas
El que fuera, presuntamente, el encargado de recibir los partes de trabajo, ha caído en varias contradicciones durante su comparecencia en el juicio
Jaén
El noveno acusado en el juicio por el Caso Matinsreg, Rodrigo García, ha declarado este jueves. Con él se ha cerrado la lista de los encausados en esta macrocausa judicial que pretende investigar una trama que, presuntamente, se dedicaba a inflar facturas y que ha costado unos cuatro millones de euros a las arcas municipales. García ha llegado al Tribunal con varios tomos de documentación y ha sido interrumpido varias veces por la magistrada Esperanza Espino ante la intención de García de alargarse demasiado en su testimonio.
Durante su intervención, el también esposo de Alicia Merino y yerno de José Merino, ambos encausados, se ha desvinculado de los delitos por los que se ha sentado en el banquillo, malversación de caudales públicos y el delito continuado de falsedad en documento mercantil. Sin embargo, ha reconocido que modificó una factura para que no superara los 50.000 euros, el límite marcado para que la obra deba salir a concurso público, maniobra que hizo según ha indicado a instancias del gerente de la empresa, empresa que ha depositado un millón de euros en una cuenta del juzgado.
Más información
Por otra parte, ha apuntado directamente a Bartolomé García, el que fuera técnico de la Oficina de Control de Concesionarias (investigado en el proceso), como el responsable de fijar las facturas "con precios elevados" y el que ponía que "se trabajaba los sábados y los domingos". Cabe recordar que Bartolomé estuvo unos tres meses al frente de esta oficina y se le trasladó, según explicó Anguita el miércoles, porque no reunía las condiciones legales requeridas.
Rodrigo García, que no ha contestado a las preguntas ni del Fiscal ni de las acusaciones, ha incurrido en varias contradicciones a lo largo de su exposición. Ha señalado que "no pude detectar el inflado de las fracturas del cloro" para señalar poco después que vio como en una factura había 24 horas trabajadas y unos 60 litros de cloro cuando, finalmente, se pasaron al ayuntamiento 48 horas de trabajo y 256 litros. Se ha justificado señalando que el trabajo se realizó antes de que él llegara y que los precios habían sido pactados previamente. Y a todo esto ha señalado que "hice un esfuerzo total de transparencia con la administración pública".
Ha apuntado directamente a Luis Gregorio González, gerente de Matinsreg, como la persona encargada de las facturas del cloro y ha insistido en que él "de cloración no verificaba nada". De hecho, asegura que las facturas que González entregó al consistorio fue en las que se subió el precio del cloro y "no pasaron por mis manos".
Los testigos
Terminada la primera, e intensa semana de declaraciones de los acusados, el juicio se para hasta el lunes, 19 de abril, la primera de las seis jornadas previstas para que los testigos expongan su testimonio. Entre los más de 30 citados, destacan dos políticos que acudirán el primer día. Por una lado Rosa Cárdenas, la alcaldesa accidental que firmó el decreto con el que Matinsreg llegó a Jaén y que fue desimputada. Por otra parte, Miguel Contreras, el que fuera edil de Hacienda y Contratación en 2012, y que fue aludido en varias ocasiones por el acusado Manuel del Moral, por su posible responsabilidad.
El día 21 será el turno, entre otros, de Bartolomé García, el que fuera técnico de la Oficina de Control de Concesionarias mientras que, el último día, declarará Manuel Fernández Palomino, portavoz del PSOE en 2012, y Carmen Peñalver, alcaldesa socialista entre 2007 y 2011, que acudirá después de que así lo solicitara la defensa de José Enrique Fernández de Moya.