"Es más igualitario el empleo que lo que hay fuera de él"

Bilbao

El acceso de la mujer al mercado laboral es una realidad, sin embargo, a nada que rasquemos afloran las diferencias. Una de las más evidentes, y sangrantes, es la brecha salarial. En Euskadi, según la estadística que mencionaba la vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, esa diferencia es del 19%. Mendia enumeraba, además, la parcialidad no deseada, o cómo la maternidad frena la carrera profesional de muchas mujeres. Y apuntaba otro riesgo más, "que el cuidado de los mayores se encadene como otro lastre más".

En un especial Hoy por Hoy Euskadi, hemos profundizado en estas ideas. Eva Perujuániz ha evidenciado cómo en los sectores feminizados la precariedad es mayor. Ponía como ejemplo la industria del pescado. "La patronal y las empresas no quieren dignificar los salarios del sector que presenta una brecha de género del 30% respecto al sector industrial". Según Perujuániz, la "raíz" es que tradicionalmente se concebía el trabajo de la mujer como "complementario" al de sus parejas, como algo "secundario", algo que todavía -criticaba- se alude por parte de las empresas en la negociación.

La viceconsejera de Empleo y Trabajo coincidía con este punto de vista. "No sé si es antes el huevo o la gallina, pero cuando entran los hombres mejoran las condiciones laborales", apuntaba Elena Pérez Barredo. Desde el Gobierno vasco se está trabajando para formar a los inspectores y sensibilizar a la población porque, según ha explicado, no han recibido ninguna denuncia por discriminación, ni siquiera a través del buzón anónimo. Tan solo el 23% de las empresas que están obligadas a ello, han registrado su Plan de Igualdad.

La dualidad del mercado laboral es uno de los factores que ahondan en la brecha de género. También lo es la maternidad, o los cuidados. Según María Ángeles Durán, catedrática de Sociología y profesora de investigación del CSIC, "es más igualitario el empleo que lo que hay fuera de él". "El empleo es el trabajo pagado, pero en los hogares hay millones de horas de trabajo que no están remuneradas, y es un tiempo dedicado por las mujeres". Para que la conciliación sea posible es necesario contar con el soporte de unos servicios públicos accesibles para sueldos medios y bajos.

En ese sentido, la profesora de la Universidad Carlos III, Patricia Nieto, hacía referencia a las renuncias que asumen mayoritariamente ellas. "Hay que socializar que haya herramientas de cuidado porque sino, la menor retribución del empleo de las mujeres hace que las decisiones familiares perpetúen que quien reduce es quien menos gana", es decir, ellas.