La mujer rural de Castellón encamina la recuperación del recetario tradicional de la trufa
Agroforestal de Peñagolosa recupera el recetario tradicional de la trufa prohibida en tiempos de la Inquisición. Gran parte de trufa se exporta como la mayoría de tesoros "gastroagrarios" de Castelló, como pasa con el vino o el aceite.
Vistabella del Maestrazgo
Rocio Moliner es una de las socias de Agroforestal de Peñagolosa, una empresa que se dedica a la truficultura, junto a su hermana Nerea. Las dos son de Vistabella (1300 metros sobre el nivel del mar) y Rocío tuvo claro antes de comenzar las ingenierías forestal y de montes que iba a emprender un proyecto en su pueblo, ubicado en el interior de Castelló.
“Mi camino no ha sido nada fácil, emprender en el mundo rural nunca es sencillo”: existen complicaciones como la conectividad, no tener red wifi estable dificulta la comunicación y divulgación digital. Moliner insiste en que la falta de conexión también es física porque la zona de Vistabella está físicamente alejada de Castelló y de otros núcleos, lo que también agrava la tarea de comercialización. Rocio y Nerea diversifican como se solía en los entornos rurales, “dependiendo de la estación del año trabajamos la trufa y el cultivo agroecológico, al terminar la temporada nos dedicamos al vivero de árboles micorrizados y en temporada alta gestionamos el restaurante El Rostidor Alforí”.
Nerea y Rocio Moliner trabajan con el objetivo de recuperar: “no tenemos cultura gastronómica de la trufa porque la inquisición prohibió su uso al ser afrodisíaca”. Esto causó la pérdida del recetario tradicional que sí han mantenido en otras zonas. Rocío adopta un papel fundamental, la mujer en el mundo agrario y rural siempre ha tenido un papel reproductivo (preservar las semillas, cuidar de la descendencia, cocinar, transmitir el recetario y el conocimiento).
“Es necesario educar al consumidor final para que las cocinas de las casas tengan más recetas con tuber y las apliquen”. La mayoría de trufa se exporta a Francia o a Estados Unidos y Rocío insta a dejar más trufa en el mercado nacional además de posicionar la de Castelló como agroecológica.
También adoptan un papel productivo, “nuestros cultivos son pequeños, a diferencia de otras zonas donde han aumentado la producción de forma artificial con el uso de herbicidas, que pronto van a prohibir por sus riesgos, y mediante el riego”. Agroforestal de Peñagolosa se posiciona firme hacia el cultivo agroecológico y de secano característico del interior del territorio; asegura que debería ser el camino a seguir por Trufcas porque al fin y al cabo, la trufa es un cultivo natural de secano. Y de hecho, es uno de los caminos que Rocío traslada a la junta directiva de la Asociación de Truficultores de la provincia de Castelló.
Moliner es una de las tres mujeres que han supuesto el relevo generacional de Trufcas: “todo eran hombres mayores de 50 años y ahora de once miembros, somos tres mujeres”. Es una balanza desequilibrada que se repite en la mayoría de zonas rurales y que al parecer se esté revirtiendo con la aparición de proyectos liderados por mujeres. De hecho, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación eligieron su empresa en primera posición para los XII Premios de Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales, galardón que también recibió Milagros Beltrán de Cabritillo del Maestrazgo (Torre d’En Besora) en tercer puesto.