Cronología de una reconciliación: Agustín Ramos y Felipe Moreno

Murcia

Todo comenzó un 1 de julio de 2022. Mauricio García de la Vega llamó por teléfono a Felipe Moreno: "He cerrado la venta de mi paquete accionarial con Alfonso García". El empresario cordobés no hizo más que alegrarse, escuchando atentamente al mexicano sin esperar su inesperada réplica: "Ya que acabas de salir del Leganés, ¿por qué no intentas quedarte el Murcia?". Ese fue el punto de origen, lo que dio paso a una llamada telefónica entre Felipe Moreno y Agustín Ramos, haciendo que el segundo estableciera un puente de diálogo con Mauricio para desbloquear la situación judicial.

Dos días después, los protagonistas se citaron para comenzar una partida singular, la jugada que podría sacar al murcianismo del oscuro pozo en el estaba. Tras dos horas de encuentro, cerraron un pacto inicial: "Quita el problema de Mauricio". Estas son las conversaciones desveladas por el propio Moreno, que culminaron con una mediación de Andrés López Atenza para dar lugar a meses de negociaciones que llegaron a buen puerto, incluso con una rueda de prensa de Ramos para hablar del cordobés y lo que se estaba gestando. La relación entre el presidente grana y Felipe se prolongó con numerosas citas y llamadas los meses posteriores.

Durante las mediaciones para llegar a un acuerdo, Agustín Ramos estuvo en Radio Murcia Cadena SER explicando que "hay muchas opciones de que Felipe Moreno y yo llevemos este proyecto juntos con un pacto inicial del 50% cada uno". Esto fue el 22 de septiembre. Seis días después, el presidente grana recibió al cordobés en las oficinas del Estadio Enrique Roca para enseñarle las instalaciones.

El 17 de noviembre se cerró el acuerdo definitivo con un apretón de manos y una foto histórica que queda para el recuerdo de la retina de los murcianistas, la primera instantánea que arrojaba luz después de años a la deriva en un mar de denuncias, intereses e informaciones que tenían más de económico y judicial que deportivo.

Ampliar

La gran crisis

El 25 de noviembre, tan solo una semana después de la foto 'nupcial' que confirmaba el matrimonio Ramos-Moreno, llegó la gran discusión. Previo a ello, el empresario cordobés incluso estuvo presente en una comida con la plantilla del Real Murcia, una acción simbólica que alejó cualquier tipo de duda sobre el desarrollo de las negociaciones entre ambos. Fue solo eso, un espejismo en el desierto, un oasis ficticio donde solo había arena. Sucedió cuatro días antes de la Junta General de Accionistas de la entidad.

Ambos estaban incómodos y no coincidían en algunos puntos. Fue cuando Felipe Moreno emitió un comunicado durante el partido de España y Alemania del Mundial de Qatar 2022, diciendo habían "surgido nuevas discrepancias que imposibilitan la firma de este acuerdo". La respuesta del presidente se produjo tres días después en una rueda de prensa, donde puso su presidencia a disposición de cualquier murcianista que quisiera ostentar el sillón grana, espetando una serie de puntos que impedían el acuerdo entre Moreno y él.

Antes de esta ruptura, el 25 de noviembre se estaba cociendo otra reunión paralela entre el expresidente Francisco Tornel, Andrés López Atenza -abogado mediador en el acuerdo Felipe-Agustín-, Paco García, Mariano Albadalejo e Higinio Pérez Mateos. Tornel pidió a Atenza que, si la firma entre Agustín Ramos y Felipe Moreno salía adelante, se incluyera el derecho de arrastre.

El 29 de noviembre se celebró la Junta y Antonio Pedreño dejó una de las declaraciones más esperanzadoras sobre la mesa: "El acuerdo no se ha roto. Pero esto no es sencillo, lleva una negociación y está en marcha. Mañana es posible que nos veamos con Felipe Moreno y seguir así nuestras conversaciones". Ramos secundó dichas palabras, afirmando que "no tengo ningún problema en sentarme a hablar con quien sea. Los problemas con Felipe han venido por los contratos".

Tiempo de reflexión

Con Felipe Moreno de vacaciones hasta el 20 de diciembre, los dos protagonistas se dieron un tiempo para regresar a las negociaciones con fuerza y la mente despejada. En este periodo, Ramos dio un paso al frente y planteó comprar a Moreno las acciones de Mauricio García de la Vega, una ofensiva directa para terminar con los problemas judiciales del Real Murcia. Esto se produjo como una opción alternativa y una proposición de Pedreño a Moreno para hacerse con la opción de compra de las acciones del mexicano.

No se dejó de trabajar en la parcela económica en ese descanso entre ambos. En ese espacio de tiempo se llegó a un acuerdo con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social por el cual Julián Luna aportó un total de 500.000 mil euros al Real Murcia y que el club pagó a la segunda administración pública. Estos acuerdos y pagos eran la antesala para permitir que el Real Murcia obtuviese un certificado gracias a un plan de pagos de la deuda.

Con el 2023 en marcha y enero quemando semanas para la previsión de la Junta antes del 31 de marzo, el Real Murcia hizo oficial su fecha de celebración enmarcándola en el día 8 de ese mes. El gran punto del día: la aprobación del aumento de capital social en base a lo que aportaron al club tanto Agustín Ramos como Enrique Roca mediante compensación de créditos relativos a prestamos convertibles suscritos por importe 1.500.000 de euros.

Felipe Moreno y Agustín Ramos, guerra abierta

Con fecha fija para la Junta, febrero dio paso a una cruenta pugna entre los dos protagonistas de esta historia. Felipe Moreno convocó una rueda de prensa citada el 9 por la tarde en un hotel de la ciudad de Murcia, una declaración de intenciones para mostrar sus cartas y desvelar cuál sería su proyecto en el Real Murcia: "La gente tiene que elegir entre Agustín o yo", un titular que supuso una ofensiva en toda regla.

Agustín Ramos no dudó y, al enterarse de que se iba a celebrar esa rueda de prensa, emitió antes un comunicado en vídeo esa misma mañana: "Este señor tendrá las puertas abiertas en un futuro, pero no en el presente. En el plazo que tuvo para aportar en préstamos participativos hasta 10 millones de euros, no lo hizo. Como nadie ha puesto ningún importe, Enrique Roca y yo nos hemos visto obligados a poner un millón y medio para estabilizar todos los compromisos".

Con la tensión propia de esta negociación fallida, el 14 de febrero, Francisco Tornel e Higinio Pérez Mateos presentaron, como poseedores de más del 5% de las acciones del club, cuatro puntos del orden del día para incluir en Junta de Accionistas del 8 de marzo. De manera prácticamente coetánea, en un escrito dirigido a la cúpula del Real Murcia, Felipe Moreno solicitó entrar al Consejo de Administración del club, por cooptación, antes del 28 de febrero.

La reconciliación

Las posturas entre Agustín Ramos y Felipe Moreno empezaron a acercarse dos días después de la rueda de prensa que ofreció el empresario cordobés: "Sabes que te dije que si quieres quedarte tú, yo me marcho y me pagas mis inversiones como puedas". Fue a través de un mensaje del presidente, que no obtuvo respuesta, pero sentó las bases para lo que vendría después.

Entre este mensaje el 16 de febrero y la firma el 28 de febrero, Felipe Moreno y Agustín llegaron a un acuerdo relativamente pronto. Muchas conversaciones al teléfono, posturas que acercar y, sobre todo, un ejercicio de comprensión y análisis de todo lo que había acontecido meses atrás para no tropezar de nuevo en la misma piedra. Ambos hicieron un ejercicio de introspección para ver qué había fallado.

La consecuencia de tantas charlas entre ellos fue, de nuevo, la buena sintonía. Felipe Moreno visitó los estudios de Radio Murcia Cadena SER el 24 de febrero para explicar que "nos ha dado mucho que aprender lo que nos ha pasado. A la segunda va a ir la vencida". Reconoció, además, que en una semana, como muy tarde, estaría a estar todo firmado. El final feliz de esta historia no es otro que una rueda de prensa de los dos donde ambos han dado a conocer su proyecto deportivo conjunto con Felipe Moreno como máximo accionista y la continuidad de Ramos en la presidencia.