Cae el telón en la legislatura más convulsa y estrambótica de la Asamblea Regional
El resumen sonoro de la legislatura nos lleva a investiduras in extremis, negociaciones y desacuerdos, pandemias, mociones de censura, transfuguismo y más ruido que nueces
Cae el telón en la legislatura más convulsa y estrambótica de la Asamblea Regional
03:04
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1680101926928/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Murcia
Cuando el 24 de julio de 2019 la Asamblea Regional proclamó presidente de la Región de Murcia a Fernando López Miras, éste tomó la palabra y se mostró convencido de que encaraba motivado "una nueva experiencia democrática, que va a ser una buena experiencia democrática". Le miraban sonrientes el entonces presidente del PP, Pablo Casado, y su secretario general, Teodoro García Egea. "Se inicia una nueva era, una etapa de ilusión, de diálogo, de consenso, de mucho consenso...", fue a más el presidente murciano, encumbrado por el acuerdo de Gobierno con Ciudadanos y el apoyo para su investidura de Vox.
Parece que han pasado cuatro siglos de ese momento, pero no han sido ni cuatro años. Ya la ultraderecha llegó al parlamento murciano forzando una investidura en segunda vuelta, una situación que si bien no era inédita, ya daba una pista de lo ocurrido desde entonces. De hecho, no tardaron tres de estos diputados de Vox en acabar expulsados de la formación al enfrentarse a la dirección nacional de su partido por el control de las cuentas del grupo parlamentario.
Ha habido de por medio una pandemia, la del COVID-19, lo que obligó a la reordenación de espacios el traslado de los plenos al Patio de las Comarcas, donde ya se han seguido celebrando por las obras en el edificio. Este episodio fue el primer elemento de crispación entre gobierno y oposición, y dentro del propio ejecutivo regional. La vacunación de altos cargos de la Consejería de Salud fue lo que Ciudadanos esgrimió como argumento para impulsar junto al PSOE una moción de censura que tendría que llevar a Ana Martínez Vidal a la presidencia regional.
Sin embargo, esa maniobra fue desactivada tras el acuerdo del PP con cuatro diputados de Ciudadanos para oponerse a esa moción de censura (Isabel Franco, Valle Miguélez, Francisco Álvarez y Alberto Castillo, presidente de la cámara), además de los otros cuatro de Vox.
Aquella moción de censura acabó con Pablo Casado y Teodoro García Egea flanqueando de nuevo a Fernando López Miras, un grupo de mariachis a las puertas de la Asamblea y dos tránsfugas de Ciudadanos y una expulsada por Vox en el ejecutivo regional. Isabel Franco y Valle Miguélez han hecho valer su apoyo al PP para aguantar hasta el último momento en el cargo; aunque Mabel Campuzano abandonó la consejería de Educación y ha acabado también enemistada con sus compañeros de afiliación en Vox, Juan José Liarte y Francisco Carrera.
El fiasco de la moción de censura pasó factura a la trayectoria política de sus dos impulsores: el socialista Diego Conesa acabó renunciando a su escaño en la Asamblea en diciembre de 2021 y Ana Martínez Vidal ha anunciado que dejará la política activa cuando acabe la legislatura y tras su experiencia en Ciudadanos. Estos últimos años, junto a su compañero Juan José Molina, ha acabado formando parte del grupo mixto más mixto que se recuerda en la Asamblea Regional: además de los dos diputados naranjas, están Pascual Salvador (Vox) y los expulsados de Vox, y los dos correspondientes a Unidas Podemos.
De estos últimos, María Marín se ha erigido como el principal azote parlamentario del ejecutivo del PP y dejó una de las imágenes más llamativas de estos últimos años, al acudir a la tribuna con un bote lleno de peces muertos tras la anoxia de 2021 en el Mar Menor, de cuya gestión culpó a los populares. Ya en el tiempo de descuento, los morados han sido señalados también por la nueva diputada de Equo, Helena Vidal, que ha pedido amparo al presidente de la cámara al considerar que sus compañeros de grupo no le dejaban desempeñar su labor en condiciones.
El broche final ha sido la polémica por las medallas que quería imponer Alberto Castillo a los diputados regionales, y que no se van a conceder por el rechazo de algunos de ellos (Podemos y Ciudadanos). Sin esa celebración final acabará legislatura convulsa, chirriante y estrambótica, que será más recordada por el ruido que ha generado que por el verdadero trabajo legislativo que se tiene que realizar en la cámara autonómica.