Madrid

En los años noventa pasaron muchas cosas y pasaron muy rápido. Hubo cambios sociales, conquistas, derrotas, guerras y avances tecnológicos que cambiaron el mundo para siempre. Los años noventa tuvieron de todo, también mucha inocencia y poca comprensión de lo mucho que iban a cambiar nuestras vidas en las décadas siguientes.

Los noventa fueron también la última gran década del rock, una época en la que cada poco salían nuevas bandas o artistas que se convertían en estrellas inmensas. La edad de oro del vídeo musical, de los walkman, de los conciertos pagados en pesetas. Musicalmente fue una década de una riqueza extraordinaria con multitud de géneros naciendo y expandiéndose por el mundo. En apenas un par de años pasamos del rock de Guns and Roses al grounge de Nirvana. En Reino Unido la respuesta fue rápida y contundente con el britpop haciendo sombra al triphop y a decenas de bandas interesantes.

También fue la década en la que se consagró en indie español con bandas como Los Planetas, que iniciaron su propia revolución. Aunque el rock también dejó huella en aquellos años con discos inmensos de Extremoduro o Andrés Calamaro. Hoy recopilamos algunos de nuestros programas favoritos dedicados a discos de los años 90.

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Radiohead | OK Computer

La irrupción de Radiohead fue una de las más geniales anomalías de los noventa. La banda inglesa editó cuatro discos entre 1993 y el año 2000. En esos cuatro trabajos está lo más destacado de su viaje, una colección de canciones que los consagró como una banda diferente, compleja y tremendamente influyente. Tras el inesperado éxito de Pablo Honey, gracias a Creep, el grupo entró en crisis agobiados por la posibilidad de ser una banda de un solo éxito. La segunda entrega reafirmó a la banda y les dio algo de confianza para seguir su propio camino, a buscar ese sonido que los separaba de sus coetáneos británicos. Toda esa búsqueda eclosionó con su tercera entrega, el eterno OK Computer, uno de los discos más determinantes, redondos e influyentes de los años noventa. El éxito de la tercera entrega de la banda inglesa ya no pilló a nadie por sorpresa y fue la confirmación de que Radiohead era mucho más que una banda de sencillos. El grupo se asentó en la cima de la música alternativa y marcó el rumbo a decenas de bandas de esa y de otras generaciones.

Soundgarden | Superunknown

Uno de los discos más redondos de la década. Fuerte, contundente, original y atemporal. Tras un comienzo algo tibio, Soundgarden cogió velocidad de crucero a comienzos de los noventa erigiéndose como una de las bandas más interesantes de aquella generación que había asomado a finales de los años 80. Tras el estupendo Badmotorfinger la banda de Chris Cornell subió la apuesta y editó uno de los discos más recordados de aquella época, un trabajo que vendió 9 millones de copias y que los consagró como uno de los referentes de su generación. Superunknow, el cuarto trabajo de los estadounidenses, llegó en un momento en el que el grunge había trascendido más allá del plano independiente de la mano de Nirvana y que ahora se sentía huérfano tras el suicidio de Kurt Cobain aquel mismo 1994.

Red Hot Chili Peppers | Californication

Red Hot Chili Peppers empezó la década con toda la fuerza del mundo gracias a sus discos con Rick Rubin y la cerró a lo grande en 1999 cuando volvieron a la cima del rock con Californication, un álbum repleto de éxitos que retrataba la vida en su estado y que hablaba de la fama, las drogas, los miedos y el amor con unas letras afiladas y un sonido potente y a la par sutil que conectó con millones de personas. Californication no es quizá el mejor álbum de la banda, pero fue sin duda su trabajo más exitoso y el disco que los consagró como una de las mejores formaciones del rock alternativo de finales del siglo pasado y comienzos de este.

Portishead | Dummy

En primer disco de los ingleses pilló al mundo descolocado y voló la cabeza a los críticos que se toparon con un sonido nuevo, fresco y original. Aquella anomalía resultaba explosiva y te atrapaba en unos mundos sonoros apasionantes que elevaron a Dummy, la carta de presentación de Portishead, como uno de los mejores discos de debut de aquella década- Dummy es misterioso y oscuro pero bonito. Un disco que siguió la senda del debut de Massive Attack y que situó a la ciudad de Bristol como una alternativa sonora en aquella Inglaterra del britpop, un álbum que llegó en 1994, en plena explosión de Oasis y Blur y que abrió una nueva vía musical. Un cuarto de siglo después Dummy sigue siendo un álbum único con un sonido especial y con pocos imitadores. Un trabajo inspirado fruto de la unión de tres artistas de orígenes diferentes que se juntaron para crear uno de los trabajos discográficos más impactantes de aquellos floridos años noventa.

Pearl Jam | Ten

Unos meses antes de que el mundo se volviese loco con Nirvana y su Nevermind llegó a las tiendas Ten, el debut de Pearl Jam. Un álbum fascinante que la banda terminó detestando y que tras muchos años de carrera sigue siendo su álbum más vendido. La historia de este disco resulta asombrosa. Pearl Jam perdió a su cantante y estaba sin rumbo cuando un colega de un colega acudió a su auxilio. Aquel chaval, un surfista de San Diego, puso sus letras a las maquetas de la banda y en nada Eddie Vedder se convirtió en el líder del grupo. El tiempo no ha tratado del todo bien al disco, el grupo nunca quedó satisfecho con su sonido, pero con todo sigue siendo un clásico de los noventa y parte de la vida de los que crecimos en aquella década convencidos de que el rock era una forma de vida.

The Smashing Pumpkins | Siamese Dream

La banda de Chicago tuvo una llegada a la música a lo grande con su maravilloso disco de debut de 1991, pero nadie esperaba lo que el grupo haría de cara al segundo. The Smashing Pumpkins afrontaron ese difícil ignorando lo que el mundo podía esperar de ello y a pesar de la enorme presión y de la situación interna de la banda: rupturas, adicciones y depresiones, el grupo, con Billy Corgan a la cabeza, dio forma a uno de los trabajos más recordados del rock alternativo de los noventa. Siamese Dream llegó a las tiendas y sorprendió a todos. La banda, a la que habían colocado la etiqueta de los nuevos Nirvana, se alejó del sonido de su primer disco y ofrecieron un álbum descarnado, crudo, honesto y directo. Con unas guitarras salvajes y unas canciones potentes, el segundo disco de Smashing Pumpkins marcó un nuevo camino para la banda, uno sin etiquetas y que solo atendería a sus anhelos.

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Nirvana | Unplugged

Tras comerse el mundo con Nevermind, Nirvana estaba en lo más alto de la música. Aquella banda surgida del underground era ahora la que marcaba el patrón comercial. En esas, el grupo de Seattle grabó un concierto acústico para la MTV. Los chicos de Nirvana no querían hacerlo y pusieron muchas normas. Iban a pasar por el aro, pero a su manera. Con temas menos conocidos, versiones inesperadas e invitados de perfil bajo. El 1 de noviembre de 1994 llegó a las tiendas uno de los discos más esperados por los jóvenes de aquella década. El MTV Unplugged de Nirvana fue el punto final a la carrera de una banda de chavales que en 5 años había cambiado el rumbo de la música. Siete meses antes de que se editase ese disco final, Kurt Cobain se había pegado un tiro en la cabeza. Aunque este directo no es el mejor trabajo de la banda de Seattle sí que tiene elementos que lo hacen especial y digno de ser recordado, además al alejarse del grounge es el trabajo del grupo que mejor ha llevado el paso del tiempo.

The Verve | Urban Hymns

The Verve fue la banda más singular de aquella ola del britpop. Llegaron tarde, tras muchas discusiones, pero fueron los mejores. Nada fue fácil para The Verve, banda adorada por Oasis, y triunfaron cuando nadie los esperaba y ellos no se aguantaban. Sin embargo Urban Hymns es uno de los álbumes más icónicos de aquella época. Canciones como ‘Bittersweet Symphony’, ‘Lucky Man’ o ‘The Drugs dont work’ muestran la capacidad de Richard Ashcroft como letrista, un tipo singular y muy diferente a sus compañeros de generación. Cuando The Verve consiguió triunfar la música en Reino Unido era muy diferente, los tiempos y los focos habían cambiado. A pesar de ello no se pueden entender aquellos años sin recordar a Ashcroft andando por la calle chocándose con todos y con esa mirada del mundo se desploma y ya todo me da igual.

Blur | Parklife

La banda de Damon Albarn comandó la revolución musical que se vivió en Reino Unido en los años 90. En aquella década grabaron seis de sus ocho álbumes, pero Blur quiso trascender más allá del britpop y más allá de los noventa. Parklife es quizá la joya de la corona de una carrera repleta de discos enormes y canciones eternas, pero esta tercera entrega sintetiza mejor que nada lo que fue el grupo, una banda que por otra parte siempre quiso evolucionar y buscar nuevos sonidos, lo que la distinguió de otros compañeros de generación.

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Liz Phair | Exile in Guyville

En 1993 llegó a las tiendas el debut de Liz Phair, un disco contundente, explícito, honesto y crudo que combatía en cierto modo ese imaginario del rock and roll creado por los hombres. Aquella chica de 26 años iba a poner el indie rock de la época patas arribas ondeando la bandera del feminismo. Exile in Guyville fue una pequeña revolución de la música, del rock narrado desde una perspectiva femenina. En este disco hay canciones que hablan de sexo, de mamadas, de relaciones podridas, todo con un punto de vista femenino que parecía necesario en la época y que sigue siéndolo hoy en día y son letras que tienen también un gran sentido del humor.

Alanis Morissette | Jagged Little Pill

El debut internacional de Alanis Morissette fue uno de los más grandes terremotos de la década. Aquella chica desconocida, que solo había editado su música en Canadá, se convirtió de la noche a la mañana en una estrella internacional gracias a las canciones de esa joya titulada Jagged Little Pill. Alanis llegó a la música con una mirada fresca, a veces inocente, pero con canciones poderosas y pegadizas que se convirtieron en himnos. Con aquella colección de canciones vendió más de 20 millones de copias iniciando un viaje musical curioso. Quizá el éxito desmedido de este debut descolocó a la propia cantante que tuvo que sobreponerse a sus propias canciones para demostrar que tenía talento para un viaje largo.

Oasis | (What's the Story) Morning Glory?

El segundo disco de Oasis, tras su maravilloso debut, inició todo un fenómeno en Reino Unido, un britpop elevado e impulsado por la prensa musical pero con un talento maravilloso. Oasis quería comerse el mundo y lo demostró con este disco que batió récords vigentes desde los días de oro de los Beatles. Las canciones de (What's the Story) Morning Glory? son parte de la historia del pop, temas de la calle compuestos por tipos de la calle con pocas alternativas vitales que abrazaron la música con fuerza. Un disco con Wonderwall y Dont Look Back in Anger tiene todas las papeletas para triunfar, pero los Gallagher consiguieron mucho más, lograron que sus canciones fuesen la banda sonora de toda esa década.

The Wallflowers | Bringing Down the Horse

La banda liderada por Jakob Dylan, hijo del eterno Bob, comenzó su andadura musical a comienzos de los noventa, pero en sus primeros pasos apenas tuvieron suerte. La gran oportunidad para el grupo llegó en 1996 tras años cocinando su segunda entrega. Con Bringing Down the Horse la banda asaltó la banca a base de grandes canciones, un guiño retro con la huella del productor T-Bone Burnett y una puesta escena más que convincente. Con aquella segunda entrega The Wallflowers vendió millones de discos y devolvió el rock alternativo a la primera línea. Rock sin etiquetas ni sellos, simplemente rock. Con eso bastó. En cuestión de meses la banda se convirtió en una de las revelaciones del momento y Jakob se pudo quitar la etiqueta de "hijo de" para firmar con su propio nombre.

Guns and Roses | Use Your Illusion

Guns and Roses fue la última gran banda del rock, los últimos que vieron el mundo desde la cima de la música. La historia del grupo daría para una película no apta para todos los públicos y su música bien podría ser la que sonase en el último bar abierto del infierno. Con este doble disco los californianos subieron a lo más alto del olimpo del rock, tan alto que se despeñaron tras una gira legendaria marcada por los excesos. El gran legado de la banda son estos discos repletos de himnos, rock en estado puro y un punto de caos que marcaron el inicio de la década de los noventa.

Los Rodríguez | Sin Documentos

En apenas un lustro Los Rodríguez pusieron patas arriba la música española con tres discos capitales en el rock de los noventa, álbumes que parecían una recopilación de grandes éxitos y que fueron el puente entre los ochenta y los noventa para toda una generación. Su música resultó fresca, valiente, divertida, tan válida para bailar y berrear como para tirarte en la cama con el walkman en las orejas. Su apuesta por el rock salió mejor de lo que ellos mismos hubieran podido imaginar y su música se convirtió en la banda sonora de los chicos y chicas adolescentes que crecieron en aquella época.

Extremoduro | Agila

Con su sexto disco en siete años y tras varios cambios en la formación de la banda, Extremoduro dio un paso clave en su viaje para salir de las cloacas del rock llegando a un nuevo público. Las letras de Robe Iniesta, el nuevo sonido del grupo, sus conciertos inolvidables, su primer vídeo musical y su gira junto a Platero y Tú elevaron a Extremoduro a una nueva dimensión. No hay muchos discos en el rock español con la fuerza, la magia y las letras que esta joya de Extremoduro.

Andrés Calamaro | Honestidad Brutal

Pocos discos han marcado tanto a una generación como Honestidad Brutal, un álbum que convirtió a una generación en creyentes del rock de Andrés Calamaro. Tanto este álbum como el eterno Alta Suciedad son parte de la banda sonora de aquella década en España y mostraron a un compositor en estado de gracia capaz de abrirse en canal para entregar canciones fieles a su título, honestas hasta el dolor.

Los Planetas | Una semana en el motor de un autobús

Tras editar dos buenos discos que recibieron el aplauso de la crítica musical, Los Planetas se encontraron ante un momento complicado, ese tercer disco que debía marcar el rumbo de la banda hacia la profesionalización y el éxito. Ese cruce de caminos llegó en un momento complicado con salidas en la banda, adicciones y nuevas incorporaciones. La respuesta, la sudada respuesta, de J y compañía fue Una semana en el motor de un autobús, un disco que marcó un hito en la música indie en España abriendo un nuevo camino a decenas de grupos y consagrando un estilo musical y un sonido que se asentaría en los festivales españoles durante más de dos décadas.

Buenavista Social Club

Nadie podía esperar que una panda de músicos cubanos olvidados, muchos de ellos alejados de la música, fuesen a convertirse en la gran sensación de la música de los noventa siendo ya ancianos. Aquel milagro, precioso milagro, tomó forma de casualidad y por azar y derivó en una historia preciosa e increíble dando una nueva vida a aquella generación de músicos y pasando aquellas canciones tradicionales a una nueva audiencia que la mantiene vivas.

The Cranberries | No Need to Argue

The Cranberries debutaron a lo grande, su primer disco fue el debut más vendido de la historia de Irlanda. Nada comparado con lo que estaba por llegar. Tras una gira por EEUU la banda registró esta joya, un disco con denuncia política, con retrato social, pegado a su tiempo y con la inmensa voz de Dolores ORiordan, que era capaz de poner la piel de gallina con ese grito ahogado de ‘Zombie’. En este disco están las canciones más conocidas de la banda y gracias a él se consagraron como una de las formaciones más importantes de Irlanda. Recordar su historia, contexto y canciones es un ejercicio necesario cada cierto tiempo.