El verano de este año está siendo uno de los cuatro más calurosos en España desde, al menos, 1950, tras registrar dos olas de calor: una de ellas, la más temprana desde que hay registros; y la segunda, la más intensa y la tercera más larga desde 1975, año en que comienza la serie histórica de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sobre estos fenómenos. «Probablemente, el bimestre de junio y julio esté entre los cuatro más cálidos desde 1950», explica a Servimedia el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo. Los datos de la Aemet indican que, a falta de concluir este julio, el ranking de los dos primeros meses del verano meteorológico está liderado por 2015, seguido de 2017 y 2003. «Este verano de 2022 está al nivel de temperaturas de los de 2017, 2017 y 2003, por lo que está, de momento, entre los cuatro más cálidos desde 1950», recalca Del Campo. El portavoz de la Aemet precisa que el verano meteorológico (es decir, el trimestre comprendido entre junio y agosto) con más calor registrado hasta ahora es el de 2003, que tuvo un agosto excepcionalmente cálido. «Veremos cómo se comporta este agosto y si inclina la balanza para que el de 2022 acabe siendo el verano más cálido de la serie histórica. Eso todavía no lo sabemos, pero parece que las altas temperaturas continuarán durante la primera quincena de agosto», apostilla. No obstante, a partir de este domingo y, como mínimo, hasta el martes de la próxima semana habrá «otro episodio cálido», debido a un nuevo repunte de las temperaturas, según Del Campo. Hasta ahora se han registrado dos olas de calor en España, una de las cuales afectó a Canarias. Esos episodios han multiplicado los siniestros forestales hasta el punto de que este verano es ya el peor de la última década en grandes incendios en España, puesto que en lo que va de periodo estival se han declarado 16, según los datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que desde el 20 de junio hasta el 17 de julio de este año se han producido 16 grandes incendios forestales (es decir, cuando queman más de 500 hectáreas). En esa misma época hubo seis en 2019, cinco en 2015 y 2012, cuatro en 2017 y uno en 2013, 2014, 2016 y 2021, mientras que en 2018 y 2020 ningún incendio alcanzó ese mínimo de superficie calcinada. Por otro lado, los siniestros forestales han arrasado 53.547,70 hectáreas en el primer mes de este verano, la segunda mayor cantidad de la década y solo por detrás de las 67.337,93 hectáreas de 2012. La media del 20 de junio al 17 de julio en el último decenio es de 15.990,76 hectáreas quemadas, con lo que la superficie incendiada el primer mes del verano de 2022 supone un 235% más respecto al promedio, una situación que se ha agravado por una excepcional ola de calor por su intensidad, duración y extensión. La primera ola de calor del año en España comenzó el 11 de junio y se prolongó hasta el día 18 de ese mes. Fue la más temprana desde 1975, empatada con la que comenzó el 11 de junio de 1981, así como la segunda más extensa porque llegó a afectar a 38 provincias. Además, batió 14 récords de temperatura. Respecto a la intensidad, provisionalmente fue la más intensa de las que han comenzado antes del 15 de junio. Además, sus efectos se notaron en 38 provincias, con lo que resultó ser la segunda más extensa después de la del 8 al 11 de agosto de 2012, que llegó a 40 provincias, y empatada con la del 30 de julio al 14 de agosto de 2003, que también se sintió en 38 provincias. Además, los días 14, 15, 16 y 17 de junio de este año fueron los más cálidos en el conjunto de España en esas mismas fechas desde al menos 1950, y el 17 de junio resultó ser el más caluroso del mes desde mediados del siglo pasado. La segunda ola de calor se extendió entre el 9 y el 18 de julio y, de forma provisional, resultó ser la más extrema y la tercera más larga y extensa en la península desde 1975. De hecho, la anomalía térmica (es decir, la diferencia entre la temperatura a partir de la cual se considera ola de calor y la media de los valores térmicos máximos alcanzados) fue de 4,2 grados, algo jamás registrado en España.