El Banco de España hunde hasta el 1,4% el crecimiento previsto para la economía española en 2023
La persistencia de la inflación que seguirá en el 5,6% el año que viene retrasará a 2024 la recuperación de los niveles económicos previos a la pandemia pese a que este año la economía crecerá un 4,5%, más de lo previsto hace tres meses
Madrid
Jarro de agua fría del Banco de España sobre las perspectivas de la economía española para el próximo año. Las nuevas previsiones del supervisor rebajan al 1,4% el crecimiento del PIB previsto para 2022, lo que supone recortar a menos de la mitad la anterior previsión, que era del 2,9%. La subida de tipos de interés, la persistencia de la inflación, la crisis energética y la incertidumbre asociada a la guerra son los motivos que explican esta significativa reducción de las previsiones de crecimiento que retrasan unos trimestres la recuperación de los niveles económicos prepandemia. El Banco de España calcula ahora que España no llegará a los niveles de PIB que tenía en 2019 hasta principios del año 2024.
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El nuevo informe de proyecciones económicas de la entidad calcula que la actividad económica se está desacelerando de manera significativa en el tercer trimestre en el que prevé un crecimiento muy débil, del 0,1%. Aun así, gracias a la inercia de la primera mitad de año, España cerrará 2022 con un sólido crecimiento económico que el Banco de España cifra en un 4,5%, lo que supone mejorar cuatro décimas su última previsión. Esta previsión es incluso superior a la del nuevo cuadro macroeconómico que el Gobierno ha aprobado en el último consejo de ministros, que sitúa el crecimiento en el 4,4%.
Pero pese a este crecimiento, los economistas de la entidad creen que hay síntomas evidentes de un parón en la actividad económica. La creación de empleo está perdiendo ritmo, el consumo y la inversión se están frenando y, tras un verano mejor de lo previsto, el impulso del turismo internacional no será tan intenso durante los próximos meses. Esto hará que el ritmo de crecimiento se frene en seco, de manera que el PIB solo crecerá el año que viene un 1,4%, menos del 2,1% que prevé el Gobierno. La del Banco de España es la peor de las previsiones para 2023 publicados por los organismos nacionales e internacionales.
El argumento detrás de esta previsión es que las familias y las empresas han empezado a reducir sus gastos por la inflación y por el incremento de los tipos de interés que se traduce en un encarecimiento del crédito. Esto explicaría también una bajada de la inversión en vivienda que el Banco de España atribuyen al incremento de los costes de construcción que han reducido los visados de obra nueva como a la subida del euríbor que está reduciendo la demanda.
Hasta la primavera del año que viene no se espera una reactivación de la actividad que permitirá que en 2024 la economía recupere impulso hasta crecer un 2,9%. En todo caso, esta recuperación será insuficiente para consolidar la reducción del paro. De hecho, el informe del Banco de España contempla que la tasa de paro suba muy ligeramente el año que viene hasta el 12,9% en media anual, para volver a bajar en 2024 hasta acercarse al 12%.
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Inflación más alta y más duradera
Uno de los causantes del parón de la actividad es la alta inflación que ha vuelto a sorprender a los economistas del Banco de España, según reconocen en su informe de previsiones, en el que confirman “el carácter generalizado de las actuales presiones inflacionistas” basándose en que más del 50% de las partidas del IPC se encarecieron más de un 4% en el último año.
Aun así, siguen defiende que España ya ha dejado atrás el pico de inflación y que el ritmo de encarecimiento de los precios irá moderándose muy lentamente poco a poco a partir de ahora, de manera que hasta la próxima primavera no empezará a ser evidente y habrá que esperar a principios de 2024 para que los niveles de inflación se acercan al 2%, que es el objetivo de subida de precios que ha fijado el Banco Central Europeo. Estos análisis se basan en la previsión de que los tipos de interés seguirán subiendo, que la guerra en Ucrania no terminará pronto y en unos precios internacionales del gas que seguirán siendo elevados, aunque el Banco de España descarta que la suma de estos dos últimos factores lleve a un racionamiento del consumo de gas en España.
Con este diagnóstico, las nuevas previsiones calculan que la inflación armonizada media de este año será del 8,7% y la del año que viene apenas bajará al 5,6%. Dos niveles que demuestran que el problema de la inflación se alargará más de lo que creían los expertos y que obligarán al Banco Central Europeo a seguir aumentando los tipos de interés para conseguir controlar la inflación.
Jordi Fàbrega
Periodista en la Cadena Ser desde 2003. Primero...