Indecente, lamentable, infame, incalificable... son algunos de los adjetivos que se han escuchado este jueves en el Congreso de los Diputados en referencia al furibundo ataque de la diputada de Vox Carla Toscano a la ministra de Igualdad, Irene Montero, a la que llamó «libertadora de violadores» cuyo «único mérito» era «haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias». Montero ha reaccionado a los ataques en los micrófonos de la SER: ha agradecido el apoyo «tan contundente» de la mayoría «feminista y democrática» en España y se ha mostrado «preocupada» por el nivel de «violencia política» que se está alcanzando. La ministra de Igualdad ha denuncia en una entrevista con Àngels Barceló que la diputada de Vox Carla Toscano sobrepasó un límite que «muchos otros estaban rozando desde hace más de una semana». Desde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que denunciaba en redes sociales antes del inicio del el superpleno de este jueves que «ayer vimos un ejemplo de lo peor de la política», a la diputada de Coalición Canaria Ana Oramas, que se despedía en su último pleno de Presupuestos en el Congreso mandando un rotundo mensaje a la ultraderecha: «Lo de ayer fue una infamia contra todas las mujeres y hombres de este país. Estamos defendiendo a sus mujeres, a sus hijas, a sus hermanas [dirigiéndose a los diputados y diputadas de Vox]». Edmundo Bal, portavoz adjunto de Ciudadanos, lamentaba que el Congreso se convirtiera en «un gallinero, un patio de un colegio» y «un lugar donde se falta al respeto al adversario político». «Fue absolutamente lamentable, un espectáculo lamentable. Nosotros, los liberales, vamos siempre a defender el respeto a todas las ideas aunque sean distintas a las nuestras». «Cuando uno se siente orgulloso de ser español, cuando uno va presumiendo de patriota no se trata básicamente de llevar una pulsera con la bandera de España o alegrarse del 7-0 contra Costa Rica, se trata también de hacer todo lo posible porque las instituciones de tu Estado queden en buen lugar, tengan una buena imagen». El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, ha señalado que algunos están cruzando «las líneas de la decencia». «Absolutamente lamentable, estamos llegando a unas declaraciones e insultos que son la antipolítica». La portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua, decía que lo que ocurrió ayer es «indecente». «Me pareció brutal el acoso al que ha sido sometida durante toda la semana la ministra Montero y lo de ayer fue la culminación de todo esto», ha dicho, y habla de la creación de un «caldo de cultivo» en el que pasan «cosas como ésta». El diputado de Compromís, Joan Baldoví, ha pedido a la Mesa del Congreso de los Diputados que «se tomen medidas». «Fue bochornoso y escandaloso». «Si dejamos que esto se normalice cada sesión, esto es un ambiente absolutamente irrespirable. Estamos dando un ejemplo a todo el Estado, a toda la ciudadanía de que todo vale y todo no vale», avisó, al tiempo que abogó por tomar nota de otros parlamentos porque señaló que «esta violencia verbal se tiene que acabar». La tensión ha vuelto al hemiciclo por otro tema, por las palabras de un diputado del BNG acusando a la monarquía de ser «corrupta». Unidas Podemos critica que ayer no se paró el debate cuando la ministra Irene Montero recibió insultos machistas de Vox, pero hoy sí se ha hecho con este comentario con el que los nacionalistas gallegos anunciaban que votarán en contra de la sección de los Presupuestos sobre la Casa Real: «Defendemos una alternativa democrática y republicana frente a una monarquía anacrónica y corrupta como la de los Borbones». La referencia ha sido retirada del diario de sesiones y se ha pedido que «no se insulte» a una institución del Estado.