"¡Madre mía, eso es una maravilla!": así es el arroz con leche del restaurante asturiano al que Luis Enrique va cada verano

Madrid

En su flamante faceta de streamer, el seleccionador de La Roja, Luis Enrique, habla casi tanto de cocina como de fútbol. La semana pasada contó que se había comido seis huevos en un solo día y que la tortilla de patata le gusta sin cebolla. También ha explicado que odia el queso y que cuida mucho su alimentación, por lo que recurre con frecuencia al aguacate, la sepia o las setas, pero también reconoce que, de forma excepcional, disfruta con un buen plato de fabada, un helado, un trozo de tarta o compartiendo una cerveza con el staff técnico.

Pero el pasado sábado una usuaria de Twitch le preguntó si le gustaba el arroz con leche y Padrique, como ya le llaman muchos jóvenes, acabó recomendando un restaurante asturiano. "¡Madre mía! ¡Me encanta! ¡Me gusta mucho! Ya sabéis que como excepción. Pero si queréis comer un buen arroz con leche, tenéis que ir a El Molín de Mingo, en Peruyes, en Asturias). ¡Eso es una maravilla! Y si te animas, pitu de caleya, tarta de la abuela... ¡Todo! Cada verano voy".

Luis Enrique ha ido tantas veces que ya se sabe el camino, claro. Pero al intentar llegar a El Molín de Casa Mingo, que antiguamente fue una casa de comidas frecuentada por cazadores y pescadores, es fácil perderse. En su cuenta de Instagram, de hecho, advierten de que no hay usar el GPS.

Abierto en 1975, El Molín de Mingo es un negocio familiar regentado por Dulce Martínez (tercera generación), quien se ocupa de la dirección y de la sala, y en el que se puede elegir entre dos menús de menos de 50 euros.

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"¡Qué maravilla de puto pollo!"

Reconocido con un Bib Gourmand de la Guía Michelin y con un sol de la Guía Repsol, su cocina se basa en el recetario tradicional asturiano —arroz con pitu de caleya, croquetas de jamón y de compango, tortos de maíz, pote asturiano, fabada o arroz con leche—, pero en los últimos años también ha incorporado algún que otro plato algo más exótico.

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Luis enrique, de hecho, no es la primera celebrity que piropea públicamente los platos de El Molín de Mingo. El cocinero Dabiz Muñoz aseguró que no se había comido "un puto pollo" con tanto sabor en su "puta vida". Y el chef José Andrés incluyó este pequeño negocio en su selección de "100 cocineros emergentes".

Gastronomía, vino y fútbol

La relación entre el mundo del fútbol y la cocina, de todas formas, va mucho más allá de las recomendaciones de Luis Enrique o de los bocadillos dedicados al mismo Padrique, a Pedri, a Dani Olmo o a Nico Williams, de la serie Qatar Bocadillos, ideados por la cocinera Cristina Pareja y publicados en la Cadena SER.

En el mundo del vino también hay buenos ejemplos. El más conocido, posiblemente, sea la Bodega Andrés Iniesta. Pero el también campeón del mundo David Silva, jugador de la Real Sociedad y propietario de Tamerán (San Bartolomé de Tirajana), ha detallado a la Cadena SER que si tuviera que descorchar una botella para celebrar una nueva victoria de La Roja, posiblemente optaría por "jóvenes talentos, como hace Luis Enrique". En este caso, Diego Magala (Dominio de Anza) y Pepiño (Xanledo).

Esta tarde, en La Ventana, también ha hablado del tema el cocinero Luis Sánchez, responsable de los menús que llevaron a las jugadoras de la selección Sub 17 a la victoria en el reciente Mundial de la India. Un cocinero peruano que triunfa, sobre todo, cuando prepara la pasta carbonara ("según la receta italiana, con yema de huevo y agua con gas").

O la jugadora del Athletic Ane Azkona, que cuando juega de extremo y procura sacar energía de las legumbres, pero también tiene claro dónde celebrar victorias: en el Koken, del Casco Viejo de Bilbao. O en La Cocina Vasca o El Cabo, de Pamplona, su ciudad natal.