Cuando los agresores sexuales son futbolistas idolatrados: "Todo cae sobre la víctima"

Madrid

Dani Alves lleva ya más de una semana en prisión preventiva. Aterrizó el pasado 20 de enero en Barcelona, procedente de México, y fue detenido ese mismo día por la presunta violación a una joven en una discoteca de la misma ciudad la noche del 30 al 31 de diciembre. Los Mossos d'Escuadra blindaron sus investigaciones. Uno de los objetivos era evitar posibles filtraciones que provocasen que Alves no regresara a España. En los últimos días, se han ido conociendo más detalles de la indagación: la solidez de la declaración de la chica, el parte médico del hospital que la atendió tras la agresión y las contradicciones de Alves, que dio hasta tres versiones de lo ocurrido en su comparecencia. Todos estos elementos han sido tenidos en cuenta por la juez en el auto de prisión. La víctima ha renunciado a la indemnización, a pesar de que la magistrada le recordó el derecho con el que cuenta a ser resarcida por los daños sufridos, en caso de que Alves resulte firmemente condenado.

El caso de Dani Alves es el último de una bochornosa lista de escándalos sexuales de futbolistas que se ha ido agrandando con el paso de los años. Santi Mina o los jugadores del Arandina son algunos de los más sonados. Casos que en muchas ocasiones comparten patrones similares y en los que la víctima se ve obligada a enfrentarse al apoyo y sombra mediática que rodea a los jugadores: son figuras aclamadas, populares e idolatradas, que pertenecen a sectores muy masculinizados, el caldo de cultivo perfecto para que la culpa caiga en ella. Estíbaliz Linares, socióloga, investigadora y especialista e intervención en Violencia contra las mujeres, explica que el sistema patriarcal se formula de manera en la que "todo cae sobre ella". "Hay muchos ejemplos, más y menos conocidos, en los que se genera un escudo de protección hacia él y en los que se cuestiona todo el discurso de la víctima y todo lo que ella ha podido vivir", agrega.

Alves es un ejemplo del apoyo y altavoz con el que cuentan estos ídolos de masas: mientras la víctima se mantiene en el anonimato y renuncia a la indemnización, la familia del jugador divulga su versión por los medios. Sobre esta cuestión, Ana Burgues, socióloga especializada en desigualdades y violencia de género, insistía en la necesidad de no ser hooligans de los futbolistas que no tienen valores igualitarios. "Si valoramos a futbolistas que han ejercido violencia sexual, estamos contribuyendo a la violencia de género", añade.

El descrédito hacia la víctima

Santi Mina fue condenado en mayo de 2022 a cuatro años de cárcel por un delito de abuso sexual cometido en 2017 e Mójacar. Durante las sesiones del juicio trascendió que contrató a un detective para acallar a la víctima, a quien también le ofrecieron 400.000 euros para que se desdijera de su denuncia. El futbolista recurrió su sentencia y acusó a la víctima de chantajearle. El Celta lo fichó cuando ya estaba acusado porque creyó en la versión del jugador. En cuanto se conoció la condena, apartó al jugador e intentó buscarle un nuevo destino: despedirle supondría pagarle los años de vigencia que le quedaban en el club. Finalmente, el club vigués firmó la cesión de Mina al Al Shabab, de Arabia Saudí.

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Linares explica que en estas ocasiones, en las que el acusado es "una persona, famosa y poderosa, la barrera de protección es acusar a la víctima, poner en duda su historia". La experta insiste en "dejar de superficializar" este tipo de casos y actuaciones: "Hasta tú misma te acabas cuestionando lo que has vivido porque hay mucha gente opinando por ti". Asimismo, recalca la "tremenda dificultad" que supone para la víctima interponer una denuncia. "Son tus vivencias, sentimientos, tu cuerpo, es un proceso complicadísimo", sostiene.

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El apoyo mediático

Otro caso que levantó mucho revuelo fue el de los jugadores de la Arandina. En 2019, Carlos Cuadrado, Víctor Rodríguez y Raúl Calvo, fueron condenados a 38 años de cárcel por una agresión sexual a una chica menor de edad. Recurrieron y el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León absolvió a Calvo y redujo significativamente las penas de los otros dos jugadores: quedaron en cuatro y tres años de prisión. Contaron con al apoyo de algunos vecinos de Ponferrada y Astroga, donde se convocaron protestas en las que reivindicaban la presunción de inocencia de los acusados. Sobre este tipo de actuaciones, Estíbaliz Linares expresaba que en muchas ocasiones, cuando una mujer interpone una denuncia contra u hombre, otros hombres se sienten “interpelados y atacados", por lo que todo lo que haya vivido la víctima "va a ser cuestionado".

La Arandina CF expulsó a los jugadores cuando entraron en prisión sin fianza y manifestó en un comunicado la "máxima repulsa". Posteriormente, el club les tuvo que indemnizar por despido improcedente. El Tribunal Supremo revisó al alza la condena el pasado mes de noviembre, aunque con la aplicación favorable de ley del solo sí es sí se redujo un año. Quedó en nueve años y un día.

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Otro jugador que fue firmemente apoyado por parte de la afición del club al que pertenecía fue Rubén Castro, el Betis. Fue denunciado por su expareja por maltrato y agresión sexual. Su expareja fue sometida a una gran presión: insultos y los ya conocidos gritos machistas en las gradas que hacían apología de la violencia machista, "Rubén Castro alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien". La Fiscalía de Sevilla pidió para él entre cuatro y ocho años de cárcel, aunque finalmente fue absuelto.

Cabe recordar otros precedentes: la condena de Robinho a nueve años de cárcel por violar a una mujer en una discoteca en Milán, una condena que no cumplió porque se fue a Brasil y este país no tiene convenios de extradicción con Italia -ni con España-. La denuncia de violación que interpuso una trabajadora de Nike contra Neymar, que fue el fin del convenio con la marca y otra denuncia de una modelo en 2019, entre otros.

Erradicar la cultura de la violación

Las investigaciones sociológicas en materia de violencia de género señalan la importancia del posicionamiento del entorno, by stantard invertention. Esto, según explica Ana Burgues, es de vital importancia para evitar la revictimización de la denunciante y prevenir agresiones futuras. Asimismo, la persecución contra la víctima también se suele dar contra los que se posicionan de su lado: "Existe el riesgo de que la víctima acabe aislada, que es lo que se llama 'violencia de género aisladora', por ello, es importantísimo defender a quien defiende y dotar de atractivo a las personas que se posicionan y no caen en este discurso dominante que invita a no actuar y posicionarse al lado de los agresores", agrega.

Sobre el caso de Dani Alves, Estíbaliz Linares hace una lectura "positiva" porque los trabajadores de la discoteca en la que se cometió la presunta agresión había un protocolo, pero reclama mayor formación. De igual modo, señala lo que necesitamos para erradicar este tipo de situaciones: empatía, educación, formación y lazos de sororidad.