Seis pueblos de menos de 70 habitantes que son todo un ejemplo de cómo combatir la despoblación: esto es lo que están haciendo
Paco Mayoral lleva dos años recorriéndose los pueblos españoles con menos población y ha seleccionado estos como modelo para otras poblaciones que quieran atraer vecinos
Madrid
Después de 30 años editando revistas locales, el periodista Paco Mayoral tuvo que reinventarse cuando llegó la crisis del papel. Pensó que sería una buena idea dar a conocer pueblos españoles que corren el riesgo de desaparecer si pierden los pocos habitantes que tienen y puso en marcha Vive tu pueblo, una web que recoge información sobre los más de 540 municipios con menos de 50 habitantes que hay por todo el país y lo más bonito: vídeos preciosos en los que muestra sus paisajes a vista de dron y entrevista a los vecinos para saber cómo es su vida allí y cuáles son sus necesidades.
En los dos años y medio que lleva el proyecto, ya ha recorrido más de 30.000 kilómetros y las anécdotas se le acumulan. En muchas ocasiones, cuando llega a un pueblo los habitantes le miran con desconfianza. No están acostumbrados a tener visitas si no hay elecciones a la vista. No olvida la vez que fue a Barcones, en Soria, y se tuvo que enfrentar al cura de la parroquia después de grabar el interior de la iglesia, gracias a la amabilidad de un vecino que le abrió sus puertas: "No tuve más remedio que borrar del reportaje esas imágenes de la iglesia, una verdadera joya del románico, para que el vecino no tuviera futuros problemas con el cura". En otra ocasión, entrevistó a un pastor en Santiuste, un pueblo de 14 habitantes de Guadalajara, y le contó como perjudica a sus ovejas los insecticidas que echan algunos agricultores: "Días más tarde, encontré bastante hostilidad en un pueblo próximo, cuando quise entrevistar a un agricultor....", recuerda. Las rencillas entre vecinos dan para otra web aparte, pero él quiere centrarse en la parte bonita de su proyecto y destaca cómo muchos pueblos están esforzándose para atraer nuevos pobladores y con datos positivos. Le hemos pedido que seleccione algunos de ellos:
Olmeda de la Cuesta (Cuenca)
En este pueblo de Cuenca de 21 habitantes decidieron hace unos años subastar solares urbanos a precios muy económicos, que posibilitaran la construcción de nuevas viviendas para nuevos vecinos y recibieron solicitudes de todo el mundo. Como contó la SER hace unos años, el municipio ahora se ha convertido en un crisol de culturas ya que entre sus nuevos habitantes hay varios venezolanos, una escultora inglesa o un cocinero iraní.
Además de esa iniciativa, el artista local Vicente García también ha tenido mucho que ver en hacer más atractivo el pueblo. Ha creado una especie de cuento de hadas en el municipio mezclando arte y naturaleza: relojes convertidos en duendes, alegorías en las fachadas y hasta un paseo etnobotánico que ha realizado con la donación de árboles de todas las comunidades e incluso de otros países.
Buciegas (Cuenca)
El efecto llamada es clave para abordar la despoblación. Nuevos habitantes llaman a nuevos habitantes y eso es lo que ha pasado en este pueblo de Cuenca. Actualmente tiene 36 vecinos y al menos 13 son de origen búlgaro, una proporción muy significativa. El primero en llegar allí fue Markov. Hace unos años acudió ala recogida de aceituna y le gustó tanto la zona que acabó trayéndose a su mujer y a su hijo y poco a poco fueron llegando otros compatriotas. El ayuntamiento les ha facilitado la compra de vivienda y no piensan regresar a su país.
Arenillas (Soria)
Arenillas es un pueblo soriano que ha luchado durante décadas por salir adelante con esfuerzo y tenacidad. Ya en 1989 recibió el premio "a las mejoras de Desarrollo Comunitario en el Medio Rural" como reconocimiento a su trabajo. Han conseguido que las casas de propiedad municipal fueran arregladas y alquiladas posteriormente a precios muy bajos a todas aquellas personas que quisieran comenzar una nueva vida en el pueblo. Y lo más importante: también han conseguido para ellas trabajo en el pueblo o los alrededores. Gracias a eso, varias familias residen allí desde hace años y siguen aumentando la población.
Ahora viven 53 personas pero todos los meses de agosto la población se multiplica por diez cuando se celebra el Boina Fest, un festival de música que también lucha contra la despoblación al visibilizar el problema e impulsando a artistas de la Serranía Celtibérica.
Saelices de la Sal (Guadalajara)
Saelices de la Sal hace honor a su hombre. Las instalaciones que actualmente pueden verse de las salinas se deben al impulso industrial en el medio rural que llevaron a cabo los Borbones en el siglo XVIII. En el año 2007, fueron declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) tanto los elementos de funcionamiento del conjunto como el almacén o alfolí y una ermita. Durante los años de crisis económica, se congeló el proyecto, pero en 2011 —mediante un convenio con la Diputación de Guadalajara— se contrató a tres trabajadores y a un arqueólogo y se pudieron continuar los trabajos de restauración. Gracias a eso se retomó la explotación artesanal y actualmente las salinas de San Juan son el orgullo y la razón de ser del municipio. No sólo han obtenido un rendimiento económico con su comercialización, si no que constituyen toda una referencia turística. Actualmente viven allí 48 personas.
Pálmaces de Jadraque (Guadalajara)
Pálmaces de Jadraque sorprende por el color de sus casas, entre teja, ocre y rojo, según apure la pintura en la piedra. Es uno de esos lugares que en las guías turísticas calificarían como "pueblos con encanto". Pequeños rincones con tinajas, balcones adornados con tiestos, una fuente con un pilón como remanso de paz, calles estrechas que recuerdan esos barrios judíos angostos y puertas que ocultan tesoros. Un pueblo pintoresco que mucha gente conoce porque allí se celebra uno de los triatlones más prestigiosos de España y otros eventos deportivos del máximo nivel, como una travesía a nado que hacen en el pantano y un trail de montaña. "El entusiasmo y voluntad de su alcalde, Modesto Benito Llorente, y su concejal, Ramón Gil, contribuyen a su desarrollo y le dan muchas esperanzas de futuro", cuenta Paco Mayoral. El pueblo cuenta con 42 habitantes.
Gajanejos (Guadalajara)
Situado en la orilla de la A-2, a 100 kilómetros de Madrid, Gajanejos ha sufrido muchas vicisitudes a lo largo de su historia. Ya durante la Guerra de la Independencia fue pulverizado, según cuenta Pérez Galdós en Los Episodios Nacionales. En 1937, durante la Batalla de Guadalajara de la Guerra Civil, resultó totalmente destruido. Años después fue reconstruido por la Dirección General de Regiones Devastadas y su apariencia actual es como de nueva urbanización, ordenado con escuadra y cartabón, aunque se ha procurado mantener una imagen similar a la que tuvo y se conservan algunos restos del antiguo emplazamiento.
Las vistas son espléndidas sobre los barrancos de El Picarón o La Nevera. Abajo, el río Badiel y más al fondo, el pueblo de Utande y, al otro lado, el monasterio benedictino de las monjas de San Juan Bautista de Valfermoso. Cuando Paco Mayoral visitó el pueblo para grabar su reportaje en 2020 tenía 47 habitantes, ahora son 61.
Elisa Muñoz
Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero...