Fuego y chinchetas
Ocio y cultura

Clase de historia con Ángel Stanich

Stanich repasa en formato acústico su discografía en el Imagine Music Fest y aprovecha la cita para dar una visión muy ácida de varias calles de Madrid

Ángel Stanich, durante su concierto en Madrid / Barceló Imagine

Rockeros y hoteles no han forjado una gran amistad con el paso de los años y las giras, de hecho, se cuentan ciertas historias de "violencia" entre estos artistas y los inmuebles donde se hospedan tras un concierto lleno de adrenalina. Sin embargo, estos lugares creados para el descanso y recreo de los viajeros a veces se convierte en un escenario para atraer a aquellos que muchas veces han destrozado sus rincones más 'bonicos' pasando a ser leyendas inmortalizadas en entrevistas, documentales o libros. Bajo este temor, el Hotel Barceló Imagine de Madrid abrió sus puertas, o mejor dicho, activó sus puertas giratorias, para que Ángel Stanich desplegase sus tres discos en su 'hall'. El ermitaño del rock, como se hace llamar de vez en cuando, tranquilizó a los botones avisando de que ellos no son esos rockeros de los que hablan, y que el mayor problema que iban a sufrir es su taconeo incesante para marcar el ritmo de los once temas que repasaron su discografía.

Un ambiente, fuera de lo común, no intimidó a Stanich, que viene de llenar las salas de medio país con su Polvo de Battiato. Las luces no menguaron ni un momento, parte del público se puso al día de sus cotilleos —"silenci, si us plau", señaló un catalanizado Ángel—, las parejas se besaban de vez en cuando y los camareros pasaban con bandejas de vez entre un público que fue cogiendo temperatura con el paso del tiempo. El volver abrió el concierto, y Nazario arrancó los primeros coros. Poca gente se resiste a una canción que huele a estadio de fútbol, con jugadas de Ronaldo ("el bueno", gritaban un hombre) que ya nos sabemos de memoria de verse tantas veces en televisión o en los míticos vídeos de 'best goals & skills ever' de YouTube. Un día épico y El día del apaleamiento, con la que salió a relucir una de las armónicas más idolatradas y características del indie patrio, terminaron el primer tiempo del bolo que, seguramente a propósito, tocó todos sus proyectos: su debut Camino ácido, el segundo disco Antigua y Barbuda, su último trabajo publicado en 2022 y el pandémico EP titulado Una visión global bastante aproximada.

La música de Ángel Stanich habla por sí sola: no deja títere con cabeza. Pero es que cuando habla entre trago de agua y trago de agua, tampoco. Su peculiar pelo alborotado y abultada barba se mezcla con el tono chanante que utiliza para atizar a diestro y siniestro, esta vez contando las "disparatadas historias" de los titulares de la calle del madrileño hotel y de su paralela. Agustín de Foxá fue su primera 'víctima', quien era "amigo de Primo de Rivera" y acudía a las charlas del "yugo y las flechas". "Los Sánchez Dragó de la época", dijo con una broma muy ligada a la actualidad. Y es que el callejero madrileño siempre ha sido objeto de crítica por mantener los nombres de personas ligadas al Franquismo y la Falange. Éste es un claro ejemplo, tanto que incluso De Foxá se atrubuyó los dos primeros versos del Cara al sol, compartiendo profesión con Stanich, pese a estar en las Antípodas políticamente hablando.

Ángel Stanich no es de esos artistas que tiene que ponerse una pegatina detrás de la guitarra con el nombre de la ciudad donde toca. No sólo se prepara sus conciertos, también se trabaja qué contar entre canción y canción. José Vasconcelos fue el siguiente que sufrió su azote: de un gran demócrata mexicano a sucumbir por la Falange española y la propaganda Nazi. "Virage a lo Ramón Tamames", subrayó Stanich. Un discurso —el mismo día que recuerda la II República española— al que le continuaron quizás sus temas más políticos de su repertorio: Rey idiota y Una temporada en el infierno. Tuvo tiempo para versionar Con la frente marchita de Joaquín Sabina y terminar la segunda mitad de su concierto con la rareza ¿Quién ha elegido muerte? de su EP Siboney de 2017. Un tema que saca a relucir en época de comicios (hay elecciones municipales el 28 de mayo) y que muta según la situación actual. "Sí, que ya lo sé, que va a ganar Ayuso", cambió el cantautor de su propia creación.

"Con humor todo entra mejor", avisó en su entrevista en La Ventana. Y es que entre gorgorito y broma, la verdad asoma. Ángel Stanich no será un artista que se recuerde por morderse la lengua, ni por ocultar sus colores políticos, tanto que recordó que la chaqueta gris que llevó para la cita se parecía a la de Pablo Iglesias en el histórico abrazo de coalición con el actual presidente del Gobierno. "No estamos hablando de la de 'perro Sánchez', está claro que me conocéis", soltó a modo parodia un meme de la ultraderecha. Las carcajadas del público no cesaba cada vez que Stanich agarraba el micrófono para hablar, pero tampoco paraban de cantar cuando tocaba. Carbura, Escupe fuego y Metralleta Joe, fueron el triplete ganador tras los bises, donde se coló el estribillo de Adiós papá de Los Ronaldos. Una auténtica clase de historia del artista que más se moja del circuito español. Eso sí, nos dejó sin el prometido baile de TikTok al estilo Ferrovial porque iban a hacer "el Pino".

Íñigo Renedo

Íñigo Renedo

Redactor de deportes en la Cadena SER y forma parte del programa de música indie 'Fuego y Chinchetas'....

 
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