Un día, en 2002, estaba trabajando en la cocina de elBulli, el mejor restaurante del mundo, y tuve una sorpresa. Ferran Adrià apareció y me dijo que estaba friendo muy bien los crujientes de flor de loto, pero que no me estaba limpiando y secando las manos correctamente para luego sazonarlas. Me vino a decir que todos los procesos son igual de importantes. Freír bien la flor de loto era tan importante como sazonarla. Y la persona que se encargaba de limpiar el suelo era tan importante como la que freía la merluza o la que pone el perejil. Vivimos en una sociedad bastante ególatra, en la que nos gusta poner nombre y apellidos. Una sociedad resultadista en la que solo hay premio para los pichichis, y no para los que corren. Me pregunto si yo mismo hago todo lo que debería por contar que no soy el único cocinero de mis restaurantes porque, al final, soy el único que sale en las fotos. Por eso el otro día me hizo mucha ilusión ver que ese mecánico de Fernando Alonso al que llaman Zanahorio (Mark Watson) se está haciendo viral. La gente le reclama en los circuitos: «¡Zanahorio! ¡Zanahorio!». Si Zanahorio no pusiera bien la rueda, Fernando Alonso no podría ganar la carrera, así que ¡viva Zanahorio! * Nino Reduello es cocinero y responsable de los restaurantes La Ancha, Fismuler, The Omar, Club Financiero de Génova o Las Tortillas de Gabino, entre otros.