"¿Entrenar o restaurante español?": el culpable de la difícil decisión de Carlos Alcaraz en el Open de Australia
Le dio de comer casi todos los días en Wimbledon y ahora ha montado un restaurante en Melbourne
Madrid
Carlos Alcaraz no deja de batir récords en el mundo del tenis. Acaba de convertirse, por ejemplo, en el jugador más joven de la historia que se clasifica para siete octavos de final consecutivos en torneos del Grand Slam, superando la marca que el legendario Bjorn Borg estableció en 1977. Pero el vigente campeón de Wimbledon quiere seguir sumando títulos y en el Open de Australia cuenta con una ayuda importante: la comida.
En la entrevista posterior al partido frente al chino Juncheng Shang, que se retiró lesionado, al tenista murciano le preguntaron qué iba a hacer después de haber estado jugando tan solo una hora: ¿entrenar un poco más... o ir al restaurante español que han montado en el recinto? "Es una decisión difícil", respondió Alcaraz, que con su simpatía hizo reír a buena parte del público que había visto el partido.
"He ido a comer allí todos los días. Es de donde saco la energía. ¡Y estoy comiendo mucho!", añadió el tenista de El Palmar, quien en otras ocasiones ya había explicado que le gusta mucho el sushi (es más de pescado que de carne), y que en su dieta también abundan el arroz, la pasta y las ensaladas, además de una crema de cacao y dátiles que suele tomar antes de cada partido.
De Arantxa Sánchez Vicario a Carlos Alcaraz
Pero en Australia se ha puesto en manos del cocinero del restaurante español, entre otras cosas, porque le conoce perfectamente. Y no solo él: Abel Lusa, propietario del restaurante londinense Cambio de Tercio, habla con familiaridad de muchos de los mejores tenistas de las últimas décadas y, especialmente, de los españoles.
"Yo llevo 30 años en Londres y tengo tres restaurantes en el barrio de Chelsea con 75 trabajadores. Pero empezamos a recibir tenistas gracias a un amigo mío que trabajaba en la ATP y al equipo de Canal+ que retransmitía Wimbledon", explica a Gastro SER. "Antes acababan yendo siempre a restaurantes italianos o japoneses, pero tuvieron algunas malas experiencias y Carlos Moyà, Albert Costa o Arantxa Sánchez Vicario empezaron a venir a diario".
"Muchos venían a cenar después del torneo: Feliciano López, Tomy Robledo, Fernando Verdasco, Juan Carlos Ferrero, Álvaro Bautista, Pablo Carreño... En esa época, por desgracia, no solían durar mucho en el torneo. Hasta que llegó Rafa, claro. Y ahora, Carlitos", dice orgulloso el cocinero riojano. "Federes también viene cada vez que está en Londres, y Djokovic fue buen cliente hasta que se pasó a la dieta vegetariana y sin gluten".
Una broma muy seria
Pero, ¿cómo ha acabado en Melbourne un hostelero español que lleva media vida en Londres? "Craig Tiley, el director del Open de Australia, también era cliente nuestro en Wimbledon", responde Lusa. "Hace dos años, en broma, le dije que a ver cuándo abríamos un restaurante aquí... Pero él me dijo que, si yo iba en serio, ¡estaba hecho!".
Abel Lusa ya viajó el año pasado a Australia para conocer el recinto y el ambiente, y este año ha desembarcado en Melbourne junto a un pequeño equipo de cocineros para montar un restaurante efímero que se está convirtiendo en una de las sensaciones del torneo.
"Es que aquí la gente no solo viene a ver el tenis. ¡Esto es una fiesta", asegura Lusa. "Así que hemos abierto un local para el público del torneo y también una terraza reservada para jugadores y demás acreditados".
"El restaurante de los jugadores"
Lusa ha decidido mantener el nombre de su negocio original —Cambio de Tercio—, pero reconoce que, visto lo visto, quizá debería haber aparcado su afición a los toros para rendirle un pequeño homenaje al tenis. ¿Bola de Set, quizás? "Igual eso hubiera sido más adecuado", reconoce.
La parte positiva de haber mantenido su marca es que muchos jugadores, entrenadores, agentes y comentaristas ya conocían Cambio de Tercio en Londres: Rublev, Katsanov, Medvedev, McEnroe... ¡Hemos conseguido que sea el restaurante de los jugadores!", señala el hostelero de Ezcaray, viejo amigo de otro chef ilustre de su pueblo, Francis Paniego. "No quiero parecer presuntuoso, pero nuestras croquetas están ahí-ahí con las de Etxaurren", dice convencido.
Inspirándose en la carta de los negocios londinenses de Lusa, el pop up de Cambio de Tercio en Melbourne se centra en las tapas: gazpacho; atún con ajo blanco; aguacate con crema de eneldo, mostaza y lima; un mini perrito caliente de chistorra; una dorada soasada con salsa cítricas; croquetas de jamón; nigiris de salmón crujiente con vinagre español...
Un amuleto y mucho 'business'
Tampoco falta el "chocolate con churros", según cuenta. Pero a Carlos Alcaraz y a su familia, si hace falta, le adaptan el menú: tortilla de patata, salmón a la plancha... "Para los deportistas es muy importante seguir rutinas y si les hace la comida alguien a quien ya conocen, le quitamos esa preocupación", explica.
Abel Lusa se ha convertido en una especie de amuleto para el tenista murciano. Ante las cámaras de Eurosport, de hecho, no dudaron en vacilarse. "Te dimos de comer la mayoría de los días en Wimbledon... ¿Quién ganó entonces?", pregunta el dueño de Cambio de Tercio. "No lo sé, no me acuerdo", responde con guasa Alcaraz.
Pero la jugada del Open de Australia puede marcar un antes y un después en su carrera del business tenístico: "Están por aquí los directores de Indian Wells, Miami y Stuttgart, y ya nos han preguntado", señala Lusa. "Estamos despertando mucho interés".
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Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía...