El puente Francis Scott Key de Baltimore (Estados Unidos) se ha derrumbado este martes tras el choque de un carguero contra su estructura. El accidente se ha producido mientras circulaban vehículos, muchos de los cuales han caído al río, por lo que las autoridades esperan que haya «un importante número de víctimas». En cualquier caso, el número concreto de afectados se desconoce, por el momento. Más allá de las pérdidas humanas, el colapso del puente supone decir adiós a una de las construcciones más emblemáticas de la ciudad más poblada del estado de Maryland. No en vano, el puente Francis Scott era el más largo del área metropolitana y es el tercer puente de armadura continua (estructura de barras de metal que se conectan entre sí formando armaduras) del mundo. Conocido originalmente como Outer Harbor Crossing y rebautizado más tarde como Francis Scott Key o, simplemente, Key Bridge, el puente debe su nombre actual al autor del himno nacional de Estados Unidos, Francis Scott. Este abogado y poeta escribió un poema, titulado «Defensa de Fort McHenry», para celebrar la victoria de los soldados estadounidenses frente a las tropas británicas en el Fuerte McHenry de Baltimore en 1812. Estos versos evolucionarían hasta el actual himno del país, conocido como «The Star-Spangled Banner». Para homenajear al compositor de lo que hoy es uno de los símbolos de Estados Unidos, y cuya letra tiene su origen en un episodio histórico sucedido en Baltimore, la ciudad decidió dar su nombre al puente que cruzaba la parte baja del río Patapsco y el puerto exterior. El puente era el más externo de tres cruces de peaje del puerto de Baltimore —hay dos túneles aparte del puente Francis Scott—. Medía 2.632 metros de largo y por él pasaban aproximadamente unos 11,5 millones de vehículos al año. Especialmente, lo utilizaban camiones y otros vehículos de transporte, ya que era la única ruta autorizada para el transporte de materiales peligrosos, cuya entrada estaba prohibida en los otros dos accesos. Fue inaugurado en 1977, como culminación de un proyecto que duró más de dos décadas. Después de la apertura de la autopista y el túnel del puerto de Baltimore en 1957, la Comisión de Carreteras del Estado de Maryland concluyó que eran necesarios más cruces para el puerto. En primer lugar, planificaron otro túnel bajo el río, más al sureste, aguas abajo del túnel del puerto. Las ofertas para la construcción del túnel del puerto exterior se abrieron en 1980, pero las propuestas resultaron mucho más caras del presupuesto previsto por las estimaciones de ingeniería. Eso obligó a que los funcionarios buscaran planes alternativos y, entre ellos, se encontraba la posibilidad de construir un puente de cuatro carriles. Esta idea fue aprobada por la Asamblea General en 1971. El puente supondría un gasto estimado de 110 millones de dólares, contaría con más carriles de tráfico y tendría menores costes de operación y mantenimiento que un túnel. Además, abría la posibilidad de proporcionar una ruta, a través del puerto de Baltimore, para el transporte de materiales peligrosos. La construcción del puente comenzó en 1972 y concluyó en 1977. Abrió al tráfico el 23 de marzo de ese mismo año. Aunque, desde el principio, se habilitaron sus cuatro carriles, sus accesos eran de dos carriles para reducir costes. El acceso sur se amplió en 1983, mientras que, tras varios años de retrasos, la ampliación del acceso norte se completó en 1999. El puente Francis Scott Key era uno de los mejores ejemplos de construcciones de armadura continua a gran escala. Este tipo de estructuras se basan en la formación de triángulos mediante la interconexión de vigas y barras metálicas. Gracias a esta técnica, se consigue soportar grandes con un gasto relativamente bajo en materiales. Los primeros puentes de armadura se construyeron a principios del siglo XIX; primero, en madera; y, después, en acero. A medida que se demostraba su funcionalidad, los ingenieros fueron perfeccionándolos y se convirtieron en infraestructuras clave para las conexiones comerciales entre las grandes ciudades estadounidenses. El de Baltimore pertenecía a una de las generaciones más recientes de esta tipología de puentes y era uno de los más grandes del mundo.