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Fuerte aroma a machismo en el diccionario: la RAE cree que los 'cocinillas' se 'entrometen' en las tareas domésticas

Varios expertos se pronuncian sobre una de las definiciones más obsoletas del diccionario

Un ejemplar del Diccionario de la RAE, edición Tricentenario. / Esteban Biba (EFE)

Madrid

La Real Academia Española de la Lengua (RAE) lleva años lidiando con las críticas de quien aprecia un sesgo machista en muchas de las definiciones del diccionario y su argumento suele ser, casi siempre, que se limita a proyectar el uso real de las palabras sin entrar en valoraciones de orden político, moral o religioso. Pero hay casos, como el de la primera acepción de cocinillas, que sí contiene un juicio de valor (muy machista) y que, años después de las primeras quejas, sigue exactamente igual.

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Si un extraterrestre (o alguien con pocas nociones de español) quisiera saber qué es exactamente un cocinillas, el diccionario de la RAE lo define como el "hombre que se entromete en las tareas domésticas, especialmente en las de cocina". Teniendo en cuenta que entrometerse significa "inmiscuirse en asuntos ajenos que no son de su incumbencia", está muy claro que, según la institución encargada de velar por "el genio propio de la lengua", cocinar en casa —en pleno 2024— sigue siendo cosa de mujeres. ¿Será que se han olvidado de la definición de obsoleto?

En Twitter hay multitud de quejas al respecto. Que si es un término "casposo", que "si pertenece a una época pasada", que si no se entiende "en pleno siglo XXI"... Pero la cuenta oficial de la RAE (@RAEinforma) se ha limitado a responder que "el significado recogido en la acepción primera está ampliamente documentado", y pone como ejemplo un fragmento de la novela Mala yerba (1989), de Rafael Mendizábal: "JUAN.— Solo quiero un vaso de agua. RAFAELA.— Pues cógela y vete; no me gustan los cocinillas".

"Cosas que están fuera de lugar"

Interpelado por este tema en una reciente entrevista concedida a Gastro SER, Luis Suárez de Lezo, presidente de la Real Academia de Gastronomía, reconoció que la definición le parecía "lamentable" y anunció que quiere impulsar una revisión de términos gastronómicos, tanto desde el punto de vista técnico y de recetas como el de "cosas que están fuera de lugar".

La escritora Paloma Díaz-Mas, catedrática de la Universidad del País Vasco y colaboradora de Gastro SER, ocupa desde 2021 la silla "i" de la RAE y recuerda que cualquiera puede proponer una revisión a través del formulario de la Unidad Interactiva del Diccionario. "La Academia también puede actuar de oficio, pero en mi comisión revisamos propuestas todas las semanas. Desde las de un experto en términos náuticos a las de una estudiante que preguntaba por una palabra que había usado su profesor y que no aparecía en el diccionario".

Sea como sea, con los cambios en la RAE suele pasar como con las cosas de palacio: que van despacio. "Es perfectamente posible que se apruebe un cambio. Pero antes los lexicógrafos deben revisar los corpus, sus bases de datos, para comprobar si la acepción se corresponde con el contexto. Y luego hay que preguntarle a las academias de América Latina porque hay palabras que aquí no se usan y allí sí", señala la autora de El pan que como.

Polémica y presión mediática

Más allá de los procesos, de todas formas, Paloma Díaz-Mas opina que la primera acepción de cocinillas "es antigua, aunque tampoco muy remota", y que se tendría que documentar su uso porque "el diccionario tiene capas, acumula épocas". Pero, desde su punto de vista, que el machismo no sería un motivo suficiente para cambiar una definición, de la misma manera que tampoco se quita del diccionario ninguna palabra por el hecho de ser obscena.

Susana Guerrero Salazar, catedrática de Lengua Española en la Universidad de Málaga y experta en lenguaje con perspectiva de género, coincide en criticar la presencia del verbo "entrometer" e insta a la Real Academia a revisar la primera acepción del término. Pero, al mismo tiempo, recuerda que en el pasado ya ha sido difícil rectificar el sesgo machista de términos como doula o fácil. Según esta experta en sexismo lingüístico, de todas formas, se ha demostrado que la polémica y la presión de los medios pueden acelerar el proceso.

Gastro 25 | Entrevista a Luis Suárez de Lezo

32:17

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El periodista Isaías Lafuente, autor de Y el verbo se hizo polvo, por su parte, recuerda que lo de asociar lo despectivo a lo femenino ha sido algo normal a lo largo de la historia, y cita como ejemplos el uso de "cojonudo" frente al de "coñazo" o la equiparación de "zorro" con "astuto", mientras que "zorra" se ha asociado más bien a "prostituta".

Cuando "cocinillas" entró en el diccionario eran las mujeres las que cocinaban en casa, de eso no hay duda. Pero al responsable de la Unidad de Vigilancia en La Ventana le cuesta entender que la RAE revisara la definición de cocinillas en 2014 y que decidiera mantener esa explicación tan "rancia" y que "destila machismo". En su opinión, "tendrían que haber sido un poquito más precisos".

Carlos G. Cano

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...

 
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