Comer con las manos

"Verano es ese tiempo de excepcionalidad en el que se levanta la prohibición de picar entre horas y se suspenden la obligación de llevar calcetines, la de comer a una hora decente, la de guardar algo de hambre para la verdura de la cena y la de usar cubiertos. en vacaciones podemos comer con las manos más que el resto del año. [...]

¡Ni siempre hemos usado cubiertos para comer ni todo el mundo los usa! De entrada, hay que tener claro que comer con cuchillo y tenedor es una cuestión cultural. De hecho, hoy, en la mayor parte del mundo, incluyendo África, China, India, Sureste asiático, Australia, y grandes áreas de Suramérica y Centroamérica, comer con las manos es lo habitual y socialmente aceptado. En Europa el tenedor no empieza a aparecer en las mesas de la aristocracia hasta finales del siglo XV.

El protocolo indica que, al comer sopa, la espalda debe mantenerse erguida y la cabeza tan lejos del plato como sea posible, ¡nada de amorrarse! Y, además, el movimiento de la cuchara al sumergirse en el gazpacho no va de lejos a cerca, sino que el movimiento debe ser circular de cerca hacia fuera, para evitar en todo momento dar la impresión de estar comiendo con ansia o por hambre en vez de por placer. Tener clase es emular al rico: comer sin necesidad.

Si no hay trabajo en la ecuación, no comemos para recuperar energías ni mancillamos ese pescaíto frito convirtiéndolo a través de la digestión en energía y combustible para las fábricas: Comemos única y exclusivamente por placer. ¡Esa es la definición de un helado! Por eso podemos chupar el helado directamente y comerlo de pie paseando, beber la sopa de tomate fría en vaso, atiborrarnos la boca de huevos rellenos de atún y mayonesa, comer la sandía a dentelladas, picar entre horas (¡no hay horarios!) y chupar las cabezas de las gambas y las cigalas sonoramente."