Fernando Alonso comió piedras en un restaurante de Madrid
El piloto asturiano tiene muy claro cuál es su plato favorito (y no es el pote ni la fabada)
Madrid
Fernando Alonso nunca ha mostrado demasiado interés por la gastronomía, pero sí que, a lo largo de su larga trayectoria como piloto, ha dado algunas pistas de lo que le gusta y lo que no. En 2004, por ejemplo, se hizo muy popular una pieza de televisión que retrataba su impaciencia en un restaurante japonés en el que había pedido un plato de calamar, y en el que la comida no llegaba nunca...
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En algunas entrevistas ha mencionado que, cuando visita Asturias, le gusta ir al restaurante tradicional El Llagar de Titi, cercano a Oviedo y propiedad de un amigo. También ha aparecido en TikTok removiendo una olla de lentejas (en un restaurante al que no le vendría mal una visita de Alberto Chicote, por cierto), o bromeando con un microondas, pero su plato favorito no es el cachopo, ni tampoco el pote o la fabada, sino la paella.
El cocinero de la escudería Renault también explicó, años ha, que en la dieta de Fernando Alonso abundaba la pechuga de pollo a la plancha, el atún con verduritas al vapor, las ensaladas y la fruta, siempre en pequeñas cantidades. Pero sus platos favoritos, en la época en la que ganó sus dos mundiales de Fórmula 1, eran las ensaladas César, las patatas al horno y la carne (muy hecha) a la plancha, además del tiramisú.
Cambiar el micrófono por los cuchillos
La mejor anécdota de Fernando Alonso en un restaurante, de todas formas, tuvo lugar en La Casa de Manolo Franco, un restaurante situado en Valdemorillo (Madrid) y regentado por un cocinero, Manu Franco, que durante años fue periodista deportivo del diario As y la Cadena SER. Una etapa en la que cubrió el rally Dakar y también el mundial de Fórmula 1, por lo que, antes de cambiar el micrófono por los cuchillos, contó las 32 victorias del piloto asturiano en la modalidad reina del automovilismo.
Tal y como ha explicado en Gastro SER, Manu Franco decidió cambiar de vida y dejar el periodismo para formarse como cocinero y abrir un restaurante en el local en el que sus padres, a finales de los años 60, abrieron el bar Casa Manolo. Un cambio que no le ha ido nada mal porque, además de contar con muy buenas críticas, ya tiene un sol Repsol y aparece en la Guía Michelin.
Un trampantojo inspirado en el pantano de Valmayor
La propuesta gastronómica de La Casa de Manolo Franco ha evolucionado bastante: empezó apostando por la carne a la brasa como plato estrella, pero la pandemia de covid hizo que apostara por lo que siempre había querido soñado: un restaurante con pocas mesas y varias opciones de menú degustación (de 54 a 98 euros), con platos de cocina creativa inspirados en la gente y el entorno natural de la Sierra de Guadarrama.
Su plato estrella, de hecho, es una especie de sopa —fría o caliente, dependiendo de la época del año— en la que el tomillo asume todo el protagonismo. Pero también destacan los aperitivos con los que rinde tributo a las tapas de Casa Manolo, el plato de angulas de monte (setas) o la carne de Valdemorillo.
Muchos de los mejores pilotos del mundo han pasado ya por La Casa de Manolo Franco: Carlos Sainz (padre), Carlos Sainz Junior, Isidre Esteve... y, por supuesto, Fernando Alonso. "Ahora me dice que no sabe si volver porque le hago comer piedras", recuerda, divertido, aludiendo a unos falsos cantos rodados que, en realidad, son un aperitivo inspirado en el pantano de Valmayor, pero hecho con queso de la zona.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...