Llegó nadando a España con 13 años para pagar el tratamiento de su madre y pasó de la calle a cocinar en un restaurante 'top'

Madrid

Hay historias que se ven venir y otras, como la de Choaib Marssou, que son una concatenación de imprevistos y casualidades. Ahora mismo, de hecho, este joven marroquí de 19 años trabaja como camarero en Murcia. Pero llegar hasta ahí no ha sido nada sencillo.

Oriundo de un pequeño pueblo costero cercano a Tetuán, a pocos kilómetros de Ceuta, Choaib soñaba con un futuro mejor en Europa. Pero lo que le llevó a tomar la decisión de jugarse la vida por llegar a España fue algo mucho más concreto: "Mi madre tenía cáncer y me lancé al mar con la esperanza de ganar dinero y ayudarla".

En ese momento tenía 13 años y optó por cruzar a nado, junto a varios amigos. "Me daba miedo, claro, pero tenía que intentarlo y, aunque casi se me lleva la corriente, al final lo logré", explica.

Del "piso de menas" al Local de Ensayo

Pisar Ceuta, de todas formas, no fue el final, sino más bien el principio. "Hay quien decide arriesgarse a cruzar debajo de un camión y quien intenta subir por la cuerda al barco de Balearia. Yo lo he tenido más fácil. Pasé varios meses en la calle, hasta que unos educadores me llevaron a un centro y me ayudaron".

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David López, chef del restaurante Local de Ensayo, uno de los más reconocidos de la Región de Murcia, conoció a Choaib cuando tenía 15 años y vivía en "un piso de menas". Es decir, un piso tutelado.

A Choaib le habían dado a elegir entre formarse en mecánica, peluquería o cocina, y optó por la cocina, así que estaba estudiando un ciclo de FP en Molina de Segura y, casualmente, su tutora había sido alumna de David López. "Me dijo que necesitaba trabajo y que era un chico con muchas ganas", apunta el chef.

"Remover salsas"

Su primera tarea en la empresa de catering de David López fue "remover salsas y calderos de arroz" para que la comida no se pegase. Pero al final acabó integrándose en el equipo de cocina del restaurante Local de Ensayo, reconocido con dos soles Repsol.

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"Lo hacía bien", explica el chef. "Vi que era buen chaval y que tenía maneras y actitud, que es justo lo que yo busco en mis equipos porque hay gente que es muy buena técnicamente y que luego, por culpa del ego, acaba siendo problemática".

Según el chef, a Choaib se le da muy bien la alta cocina y podría haber llegado a ser jefe de partida en Local de Ensayo, pero le recomendó que siguiera formándose y acumulando experiencias.

Marinera, michirones y zarangollo

"Es demasiado joven como para anclarse a un solo sitio. Ya ha pasado demasiado tiempo conmigo y es importante que se mueva y vea otra cocinas", explica a Gastro SER, tras su intervención en el congreso Auténtica Premium Food, celebrado hace unos días en Sevilla, donde además han cocinado juntos un plato que ejemplifica la conexión gastronómica entre Murcia y Marruecos: los gurullos.

Dicho y hecho. Choaib ya ha pasado por varios restaurantes de Madrid y Murcia, con experiencias buenas... y otras que no tanto. Pero ahora, enamorado de platos como el zarangollo (una especie de pisto que lleva calabacín y cebolla) y de postres como el paparajote, sigue su camino y sueña con tener su propio restaurante.

"Me gusta mucho la cocina murciana: la marinera, los michirones, el zarangollo... ¡Y me encanta el paparajote!", asegura. "Pero la cocina marroquí es la número 1, para mí. Este año no he podido volver a casa, pero tengo muchas ganas de ir y comerme un tajín —que a mí no me queda igual— y una pastela con pollo. También un cuscús, que allí se come los viernes. ¡Se echa de menos!".

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Haga lo que haga a partir de ahora, de todas formas, Choaib ya ha protagonizado una gran historia de superación. "Mi madre ya falleció, así que ahora sigo luchando por lo mío", explica con determinación. "Y de los amigos con los que crucé, algunos están en Barcelona, otros en Alemania... y otros han muerto. Yo, si no fuese por David, no estaría aquí. Es muy buena persona, lo dice todo el mundo. Para mí es un amigo, un hermano y un profesor".

Jumilla y Torre-Pacheco

La historia de Choaib es un excelente ejemplo de integración, superación y humanidad. Valores que contrastan con los episodios racistas que se vivieron este verano en Jumilla y Torre-Pacheco.

"Lo que pasó me parece lamentable", señala David López. "Siempre habrá una parte de la población que tenga esa ideología, y hacen ruido y nos manchan. Pero en términos generales no fue bien visto, como tampoco lo de Jumilla, que no refleja para nada la realidad de Murcia. Si somos la huerta de Europa es, en buena medida, gracias a su trabajo. Si no, sería inviable".

Lo de Torre-Pacheco, a Choaib, le pilló trabajando en Madrid, así que lo vio por la tele. "No todo el mundo es igual. El país en el que has nacido no te define", dice. "Algunos amigos han estado todo agosto en el campo trabajando a 5 o 6 euros por hora. Si eres buena persona, eres buena persona; y, si eres mala persona, aunque hayas nacido en Marruecos, no tienes nada que ver conmigo".