'Antes del anochecer': Cómo hemos cambiado

Tras dejar a todos en vilo en 'Antes del amanecer', una de las películas de amor más generacional y romántica, Richard Linklater volvía en 2004 a desvelar el misterio de Jesse y Céline en 'Antes del atardecer'. Cambiaba Viena por París y sus protagonistas tenían nueve años más (ya no eran veinteañeros soñadores). Ahora, dieciocho años después de conocerse, instalados en la cuarentena, volvemos a adentrarnos en la vida de esta pareja en 'Antes del anochecer' que esta vez está en Grecia. En La Script vamos a analizar cómo hemos cambiado en todo este tiempo y qué pasaría si hiciéramos un remake actual de la primera entrega

Estamos hablando de 1995, año impar, con muchísimas coincidencias con este 2013. Han pasado, como decíamos, dieciocho años pero algunas cosas siguen siendo igual, sobre todo en España (nos centramos en nuestro país porque Jesse venía de España donde había discutido con su novia). Si hacemos uno de esos repasos de 1995, nos sorprendería encontrar cosas como que el rey recibía el Premio de la Paz de la UNESCO. Ahora el pobre monarca lleva tiempo sin recibir premios, más bien todo lo que le dan son disgustos. ¡Si hasta ha tenido que devolver el yate! Por cierto, que en el 95 se casaba la infanta Elena con Jaime de Marichalar.

Si en el 95 se inauguraba en España el primer parque temático, al que seguro que Jesse y su exnovia hubieran ido -quizá fuera en la cola del Dragón Khan donde empezaran los problemas entre ellos-. Sin él saberlo es probable que coincidiera en la cola con un morenísimo Eduardo Zaplana, recién nombrado molt honorable president de la Generalitat Valenciana (1995 año de la victoria), que, muy aplicado, tomaba nota para construir, enfrente de su casa, su propio parque temático que llegaría años después: Terra Mítica.

Repasemos cómo estaba en aquel año el mundo del deporte, tan importante para la Marca España, idea que todavía no se la había ocurrido a Margallo. Los deportistas del 95 eran Arantxa Sánchez Vicario, que tiene en Messi su equivalente actual, no por causas deportivas, sino por Hacienda. Mourinho estaba a punto de instalarse en Barcelona, el portugués por aquellas era segundo entrenador del barça y todavía era un misterio su talento para las ruedas de prensa. Eso sí el Madrid era campeón de Liga con Valdano. En automovilismo, Michael Schumacher era el piloto de moda y nada se sabía de cierto asturiano y menos de Lobato.

En 1995, como en este 2013, volvíamos a perder estrepitosamente en Eurovisión, con una tal Anabel Conde, quien seguramente se haya ido a Londres a buscar trabajo. Los grupos del momento eran Carlos Vives, Ricky Martin... En cine triunfaba Mel Gibson con 'Braveheart', 'Toy Story', 'Pocahontas' y Álex de la Iglesia con 'El día de la bestia'. En televisión, ni zombies de The Walking Dead, ni yonkies de The Wire, ni Paco Marhuenda, ni Master Chef... veíamos Farmacia de Guardia, Médico de familia o Lluvia de estrellas con Bertín Osborne. El Superman de aquel entonces no era el Hombre de Acero, sino Clark Kent de Lois y Clark.

Pero no acaban ahí las diferencias. Si hiciéramos un remake de 'Antes de amanecer' y lo ambientáramos en 2013, tendríamos algunos problemas para encajar el diálogo del tren, y es que Jesse y Céline viajarían en AVE y con lo rápido que va tendríamos que acortar la primera conversación entre ambos. Un billete, el del AVE, que habrían pagado en euros, mal que les pese. Seguramente, al decirle a ella que venía de España hubiera mencionado lo de la prima de riesgo, aunque esto no cambiaría mucho con respecto al 95, ya que estaba a 450. Y le diría a Céline que en España ni calor ni nada. Que ha tenido un verano bastante frío -nada que ver con la ola de calor de 1995-.

Otra gran diferencia entre la cinta original y el remake que estamos pergeñando es el final. Jesse no hubiera sacado fotos mentales, ¿Quién hace eso en nuestros días? Como buen hipster hubiera sacado su Iphone (sí, Jesse es de Apple, aunque Céline probablemente sea más de Blackberry, por aquello de llevar la contraria) y hubiera colgado una serie de instantáneas pasadas por todos los filtros posibles de instagram. Y eso de no de darse ni la dirección y el número de teléfono no volvería a pasar. Se hubieran dado el WhatsApp, el Facebook, el Twitter y hasta Linkedin, por si sonaba la flauta, que Jesse viene acongojado de ver que en España hay seis millones de parados. ¡Ay, cómo hemos cambiado!