No hay milagros para acabar con la celulitis
Un experto en dermatología ha asegurado a SER Consumidor que ninguna crema puede acabar con la piel de naranja
Ahora que llega el buen tiempo crecen los anuncios y promociones de cremas que prometen acabar con la celulitis y reafirmar distintas zonas del cuerpo, algunas hasta aseguran tener un efecto inmediato. Julián Conejo Mir, catedrático de dermatología, afirmó a SER Consumidor en el último programa que las cremas que se venden con el fin de acabar con la celulitis y reafirmar zonas, como los glúteos, no tienen un efecto real.
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Las cremas anticelulíticas son uno de los productos más demandados en esta época del año y algunas prometen hacer un efecto milagroso en tiempo récord. Julián Conejo Mir, catedrático de la Universidad de Sevilla y Presidente de Honor de la Academia Española de Dermatología, asegura que, aunque se ha avanzado mucho en los efectos de este tipo de lociones, no son productos milagrosos que logren atajar la piel de naranja.
De hecho, aunque según el catedrático no se puede dudar que "hoy en día mandamos cosas que están francamente bien en sus efectos terapéuticos" también advierte que, antes que prescribir cualquier crema, los dermatólogos optan por recomendar al paciente ejercicio físico y una dieta baja en hidratos de carbono pues, señala, "los hidratos de carbono son hoy nuestro enemigo número uno".
Según Julián Conejo, "la genética tiene el 99,9% de culpa" en lo que a la celulitis respecta, por lo que los resultados de cualquier tipo de tratamiento milagroso son bastante dudosos. Además, el catedrático precisa que la capa de grasa se acumula a más de cuatro centímetros de la superficie de la piel y no es posible tan alto nivel de penetración. En este sentido también comenta que, si estas cremas lograsen penetrar tanto como dicen, "sería muy peligroso porque nos producirían verdaderas intoxicaciones".
Junto con las cremas, otros mitos acerca de la celulitis también son desmentidos por el experto y es que, por ejemplo, aunque se crea que un gran consumo de líquidos puede derivar en la aparición de este indeseado problema dermatológico, "el agua no se acumula, es la que tenemos al día y si bebes dos litros vas a orinar dos litros. No somos dromedarios", indica Julián Conejo.
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