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ENTREVISTA EN 'LA SCRIPT'

Pablo Iglesias: "No es fácil hacer de Clint Eastwood en el Parlamento Europeo"

Charlamos con el líder de Podemos y eurodiputado de cine, series y política

(Ulrich Baumgarten / Getty Images)

Escucha la entrevista completa en 'La Script'

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Pablo Iglesias tiene varios ensayos publicados sobre cine, el libro colectivo 'Cuando las películas votan', 'Maquiavelo frente a la gran pantalla' y ahora está preparando otro colectivo sobre 'Juego de Tronos: Ganar o morir' ¿Por qué te interesa tanto el cine? Es un poco inaudito en un político ese interés por el cine

Me gustaba desde muy joven y traté de buscar excusas para ocuparme del cine. Al principio era un cinéfilo más que le encantaba ver películas pero me fui dando cuenta cuando empecé a dar clase como profesor. Era extremadamente útil con estudiantes, mucho más influidos por la cultura audiovisual que por la literatura, utilizar referencias fílmicas para explicar emociones, categorías, conceptos, ideas vinculadas a la ciencia política. A partir de ahí empecé a investigar, me interesó, hice un Máster en Humanidades en la Carlos III por puro placer, especializándome en estudios culturales y en el tema del análisis político del cine. Lo encontré como una excusa de investigación que me sirvió para aprender muchas cosas y para tratar de hacer entender la política y la ciencia política a través del cine. La verdad es que me fascina. Por desgracia, los últimos meses tengo poquísimo tiempo para ver películas y para ver series pero es de las cosas que más me gusta hacer en el mundo, y si además sirve para hablar de política, para reflexionar, para comprender cosas, pues mejor que mejor.

Y en Bruselas, Estrasburgo, ¿has pisado ya algún cine?

Ni uno, ni uno. Me he pasado la mañana escuchando a Jean Claude Juncker. Casi me daban ganas de proponerle: "Vámonos a ver una peli juntos que nos vamos a entender mucho mejor que hablando de política", aunque os digo que esto daría para hacer unos cuantos guiones.

En tu libro 'Maquiavelo frente a la gran pantalla', reprochas al cine español su escasez a la hora de hacer películas con representación política sobre lo que representó la Guerra Civil española. Dices que hay 58 desde el 77, salvas a 'Balada Triste de Trompeta' de Álex de la Iglesia...

Sí, digamos que la representación de los hechos históricos tiene mucha más importancia en el cine y la televisión que el trabajo de los historiadores. Esto es una pena, pero es así. Nosotros conocemos la Guerra de Secesión Americana porque la hemos visto en el cine, conocemos la Segunda Guerra Mundial porque la hemos visto en el cine y en España hay una deuda con el resto de países europeos que es la reivindicación del antifascismo como algo asociado a la democracia y al progreso de los países, que es algo que aparte de los años ochenta pues a mi juicio era imprescindible de hacer. Reivindicar lo mejor de nuestro país.

Y sin embargo nos encontramos con un cine, del que es responsable de alguna manera Pilar Miró, que dice "No, no vamos a hablar del Siglo de Oro, vamos a hablar de épocas que no sean conflictivas en ningún caso" y buena parte del cine que se ha hecho sobre la Guerra Civil española no ha servido para, digamos, promocionar una serie de imaginarios vinculados a la democracia, a los valores de la justicia social que yo creo que hubiera sido necesario hacer. Y Alex de la Iglesia, que alguien se preguntará "¿Y qué tiene que ver Alex de la Iglesia con todo esto?". Alex de la Iglesia es un genio, es un tipo que fue capaz de mezclar las tradiciones de la estética valleinclanesca, por ejemplo, con el ritmo de cine tarantiniano, es decir, esa comedia negra que crea Alex de la Iglesia que sabe representar con ironía el feísmo español. Digamos esa idea de lo español, asociado a la derecha, a lo cutre, al franquismo, eso que aparece en 'La Comunidad', que aparece también de alguna forma en 'El Día de la Bestia' y que en 'Balada Triste de Trompeta' yo creo que aparece de una manera muy interesante.

Y desde esa estética, desde esa estética como muy rápida con una manera de construir unos códigos irónicos muy interesantes, Alex De la Iglesia es capaz de rendir, de ajustar cuentas con el pasado y decir "¿Por qué los españoles tenemos que identificarnos con estas cosas?" Y lo hace con mucha habilidad y cuando trabajaba con mis estudiantes esta película nos divertíamos mucho.

Una parte del gremio del cine se ha partido la cara contra el franquismo brutalmente. De hecho, creo que algunos cineastas contra el 'No a la guerra' pueden estar indignados oyéndote decir que a partir de los ochenta ha habido poco cine que reivindique la España digna antifascista

Esto llama la atención porque en el cine que se hace durante el franquismo hay una serie de cineastas que son capaces de burlar la censura y hacer verdaderas obras maestras. El mismo Berlanga, Bardem...

Francamente, ¿Berlanga no se dejó el alma contra el franquismo con humor?ç

Claro que sí, pero sobre todo durante aquel periodo, y cuando llegamos a los años ochenta Berlanga nos hace una serie de películas que, a mi juicio, no están tan bien como las que hacía antes. Tenemos una película que es 'La Vaquilla', con la que nos podemos reír mucho. Es una película divertida, pero que de alguna manera se vincula a una manera de interpretar tanto la transición política como el fenómeno de la Guerra Civil, como decir "bueno, si en el fondo el problema de los españoles es el carácter que tienen, la guerra es como un fenómeno meteorológico, que pasa por encima de las cabezas de la gente, no tiene explicación política".

Y hay una escena que es muy interesante, cuando se encuentran en medio del campo de batalla para intercambiar tabaco por papel de fumar y entonces hay dos soldados que se quieren intercambiar porque uno que tiene la novia en el bando franquista y el otro la familia en el bando republicano y, claro, entonces, en ese momento, parece que hay un aparente antimilitarismo en la película. A mi juicio establece una suerte de equidistancia y es como "No, hombre, no, equidistancia no". Había unos que eran el bando de Hitler en la Segunda Guerra Mundial y el otro era el bando de la democracia. No se puede ser equidistante entre los judíos y los nazis.

Bueno, pero es una película ¿Y en 'La Escopeta Nacional'?

Esa es magnífica. 'La Escopeta Nacional' es una obra maestra. Yo la utilizo siempre para explicar lo que es la casta. Cuando me dicen "¿Qué es la casta?", vean ustedes 'La Escopeta Nacional', eso es la casta.

Hablabas del cine español del franquismo ¿Qué otro cine español salvas? ¿Almodóvar? ¿Qué cine español te gustaría analizar desde el punto de vista político también?

Claro, tendría que separar entre el cine que he analizado como politólogo, que he investigado, que me he esforzado en trabajarlo, y luego pues las cosas que más o menos me gustan. Almodóvar me parece extremadamente interesante. Creo que tiene algunas películas que son magníficas, con sus propios códigos a la hora de estetizar. Almodóvar está muy influido por el melodrama norteamericano a la hora de contar sus cosas y tiene seguramente una sensibilidad feminista a la hora de tratar determinados temas que nadie tuvo antes en nuestro país y tiene también como un humor ácido y una creación de situaciones que son muy interesantes. Me gusta mucho Fernando León. Creo que ha hecho películas excelentes.

Veo que eres un poco solemne, que la solemnidad forma parte de tu discurso por la parte universitaria

Me voy a mojar un poco: me entusiasma el cine kink. Me encanta Eloy de la Iglesia, 'Deprisa, deprisa' de Carlos Saura es una obra maestra que me entusiasma, incluso algunas cosas si queréis más underground. 'Bilbao' es una película que me gusta muchísimo que se ha hecho en nuestro país. Son verdaderas joyas.

Pablo, tú te has convertido en un personaje, tú analizas personajes políticamente, pero tú eres ya un personaje ¿Eso te inquieta? ¿Te preocupa la administración de la fama, la interpretación de tu personaje? Este personaje que me recuerda un poco a un vaquero que llega a una ciudad sin ley, en tu caso con tu coleta ¿Cómo la analizas?

Pues imagínate, no es nada fácil hacer de Clint Eastwood, ¿verdad? Llegar al Parlamento y decir "¿Quién es el dueño de esta pocilga?". No es sencillo y, aunque aquí nos riamos, y digamos que sale de ti y lo miras y te puedes reír, en la vida personal es incómodo. Vas por la calle y mucha gente quiere hablar contigo y, normalmente, todo el mundo te felicita y eso es muy interesante, pero es difícil de llevar porque detrás de ese personaje que discute en las tertulias, que habla en las ruedas de prensa, que se pone muy serio, que interviene ahora en el Parlamento Europeo, pues hay una persona que le gusta tomarse una cerveza de vez en cuando, reírse con los amigos, ir al cine, decir idioteces...

Así que, ¿te abruma tu fama?

Sí, no es una cosa que le desee en lo personal a nadie. O sea, hay veces que estás en un bar teniendo una conversación y dices "Bueno, tengo que tener en cuenta que esta conversación que estoy teniendo con un amigo que, a lo mejor, hace dos años podríamos estar hablando de cualquier cosa, ahora tengo que medir, porque puede haber mucha gente que te esté escuchando y lo van a interpretar. "Ah, bueno, es que como esta en un plano coloquial hablando con un amigo se le puede consentir que diga ciertas cosas". Eso se ha terminado y, bueno, forma parte de la vida que hemos elegido.

En esa vida que habéis elegido, si Podemos llega a tener responsabilidad de gobierno, ¿cómo trataría al cine? Imagino que ese IVA de castigo del 21% se suprimiría ¿Cuál sería la política que Podemos proponer para luchar contra la piratería?

Lo primero que habría que hacer sería escuchar a los creadores, escucharles y entender lo que significan las nuevas tecnologías aplicadas a la producción audiovisual, y yo creo que hay muchísimos creadores que han sabido adaptarse a una serie de transformaciones tecnológicas que son ineludibles

Pero no viven de ello. Los creadores se han arruinado por completo

Algunos sí y otros no. Y yo estoy de acuerdo en que alguien que crea, un artista, tiene que poder vivir de su trabajo y tiene derecho a que los poderes públicos garanticen eso. Pero yo hablo con muchísima gente que hace música, que hace cine, que además, precisamente por el abaratamiento de las nuevas tecnologías, se ha adaptado a lo que significan las redes sociales, a lo que significa internet, a lo que significa estrenar una película en internet y yo creo que lo primero que debe hacer un gobernante responsable es reunir a todo el mundo y escucharles.

A todo el mundo, no solamente a las élites que también en el mundo del arte y en el mundo de la propiedad intelectual han mandado siempre. En nuestro país estamos acostumbrados a que incluso en el arte hubiera una pequeña casta que es también la que tomaba todas las decisiones sin consultar a muchísimos artistas que estaban aportando ideas muy interesantes. Y después de escucharles lo que habría que hacer es incluso decirles "Redacten ustedes la ley, participen ustedes en un proceso que tiene que ser en última instancia representación de la sociedad civil". Lo que no puede ser es utilizar, como ocurrió con la señora Sinde por ejemplo, a una ministra como representante de los defensores de la propiedad intelectual.

Pero vosotros, para que quede claro, estaríais a favor, por ejemplo, del modelo francés, que es ir contra el usuario después de tres avisos por descargarse películas, cortarle el ADSL, ¿Estaríais de acuerdo con ese modelo? ¿Cuál sería el modelo práctico para que esta sociedad pagase a sus creadores?

Te contesto a nivel personal, porque no es una cuestión que hayamos discutido colectivamente en Podemos. A mi cortarle el ADSL a una persona por haberse bajado una película, viviendo en el mundo en el que vivimos, que navegamos en sobresueldos, en sobres en A y en B, en niveles escandalosos de fraude fiscal, que se plantee que el problema es que una persona que se está bajando sin ningún ánimo de lucro una película en su casa para verla con un amigo y que a esa persona le quiten el ADSL ,a mí, a priori, eso tengo que decir que no me gusta, pero, en cualquier caso, comprendo que estas cuestiones son complejas y habrá que estudiarlas para tratar de poner salvaguarda a los intereses de todo el mundo. Pero ese tipo de medidas totalitarias de cortarle el ADSL a alguien, sobre todo teniendo en cuenta los niveles de asalto permanente contra los ciudadanos a los que asistimos, a mí no me parecen bien.

Dentro de poco vais a publicar el libro de 'Ganar o morir: lecciones políticas en Juego de Tronos', ¿por qué te interesa tanto esta serie? ¿Tantas lecturas políticas tiene?

Es una joya, porque tiene muchos elementos que la hacen muy atractiva. Es una serie en la que se nota por ejemplo que planea la figura de Maquiavelo. Es probablemente la mejor serie para explicar el Maquiavelo de 'El Príncipe', pero también para tener otra serie de discusiones que para los politólogos son fundamentales y al mismo tiempo es una serie entretenidísima para un montón de gente que a lo mejor no tenga interés en la política.

Cuando un grupo de amigos decidimos aproximarnos a la serie era porque estábamos impresionados de decir que sirve para explicar el decisionismo de Max Weber, sirve para entender a Charles Mills, sirve para entender la lógica del secreto de estado, sirve para entender a Maquiavelo, sirve para entender a Gramsci, tiene escenas maravillosas de 'El poder es poder'. Power is power. Cuando Meñique se enfrenta con Cersei Lannister en esa escena en la que uno dice "El conocimiento es el poder" y la otra le responde, haciendo que sus guardias casi le maten, diciéndole "No, el poder es el poder". Pero luego hay otra escena maravillosa de Araña con Tyrion en la que dice "El poder es una sombra" a partir de ese acertijo en el que está el sirviente, el clérigo y el rey.

Y todo son lecciones propias de la reflexión politológica y que tiene también mucho que ver para entender cómo funciona la política como la entendía Maquiavelo como "Técnica de estado": de las negociaciones, de los diferentes poderes que operan... Esa oposición tan inteligente que hay entre Araña y Meñique: el uno es el hombre de estado que lo que quiere es mantener el estado, que es claramente un conservador, y Meñique, que sería el equivalente a un neoliberal, dice "No, la crisis es la escalera que sirve para progresar porque el único objetivo de la política tiene que ser trepar y progresar". Son las lógicas de dos consiglieri del Príncipe. Esos asesores que sin tener poder real son capaces de condicionar lo que ocurre.

Y 'Juego de Tronos' está lleno de estos elementos, de las alianzas, ese exterior constitutivo que representan los salvajes y la Guardia de la Noche, que es como Jessup en 'Algunos hombres buenos' diciendo "Tenemos que cuidar la frontera y para los que cuidan la frontera no se aplica la ley", por eso en la Guardia de la Noche puede haber gente que haya cometido delitos y se les respeta porque forman parte de la Guardia de la noche. Son todos elementos claves en la reflexión de los politólogos y por eso nos parecía genial para hacer un libro que estamos convencidos que para cualquier aficionado a la política o para cualquier estudiante de política le va a gustar.

Pero, ¿qué personaje representaría más el espíritu de 'Juego de Tronos' de Podemos a día de hoy? Si tuviera que ser uno.

Daenerys Targaryen, se rebela contra el poder de los señores en 'Juego de Tronos'

Daenerys Targaryen, se rebela contra el poder de los señores en 'Juego de Tronos'

Cuando ves 'Juego de Tronos', ¿lo ves con una libreta? ¿Qué tipo de niño fue Pablo Iglesias?¿Cómo eras tú de pequeño, cómo empezaste tú a ver películas? ¿Tú eras muy empollón de pequeño?

No, no mucho, empecé a ser empollón a partir, sobre todo, de la segunda carrera. Era un niño muy normal. Me gustaba jugar al futbol, hacer el gamberro, me gustaba leer, pero tampoco una cosa digamos como diferente a otros niños. Es verdad que sí tenía quizás cierta facilidad para la comunicación. Recuerdo que si en el colegio había que llevar a alguien a la radio o no sé qué, pues los profes siempre elegían a Pablito porque le daba mucho al pico y esas cosas. Pero, salvo eso, era un niño muy normal. Lo de ver las películas con una libreta y ser, no se quién del PP me dijo, friki, no sé si era Arriola. Yo creo que en lo político no tiene razón.

Cuando veo series o cuando veo películas, en eso claro que sí. Me encanta tener una libreta y buscarlo todo y después de ver una película siempre me meto en internet para investigar las cosas. Me encanta analizar las escenas. En eso sí, pero ya fue una cosa más de mayor. Como niño era un niño gamberro y normal como cualquier crío.

Lo de que te llamaran Pablo Iglesias, ¿no te molestó?

Sí, la verdad que sí. Porque cuando eres pequeño... Esto es una cosa que lo he hablado con mis padres: no está bien que un niño tenga seis año o siete años y esté, pues yo que sé, en clase de futbol sala o de judo y el monitor o el profesor te haga un comentario sobre la evidente intencionalidad política de tus padres y tú tienes seis años y quieres jugar al fútbol o quieres hacer judo y parece como que tienes que dar explicaciones. Yo si tuviera un hijo no lo llamaría Pablo porque Pablo ya me llamo yo, pero evitaría que tuviera un nombre que supusiera para la chica o el chico tener que dar explicaciones. Yo creo que cuando ya uno es adulto puede tener el nombre que quiera, pero un niño tiene derecho al anonimato. Y llamándome Pablo Iglesias, desde pequeño, porque eso fue inevitable, pues muchas veces bromas, comentarios, incluso comentarios que son amables, pero es que cuando eres un niño no tienes ese interés en que alguien quiera hablar de política contigo porque tus padres te pusieron Pablo Iglesias. Respeto enormemente a mis padres, comprendo que era un gesto de reconocimiento hacia mis abuelos, pero claro, me hicieron bromas muchas veces.

Estuvo Juan Carlos Monedero en 'La Script' antes de las elecciones europeas hablando de cine y de política y nos decía que tenía una novia que cuando iba al cine le reñía por fastidiarle las películas. ¿Tú cómo eres en el cine? ¿Disfrutas en el cine?

A mí también me han reñido mucho, claro, porque además yo soy mucho peor. En el cine si no he visto la película soy llevadero, pero me encanta poner a amigos películas que yo ya he visto e ir explicándolas. Claro, es insoportable, es decir, "oye, me dejas ver la película y después hablamos de lo que quieras". Me encanta las películas con un mando a distancia y parar para hacer comentarios, repetir las escenas, claro, eso no lo aguanta nadie.

Un spoiler continúo. Y en Bruselas, Estrasburgo, ¿qué se habla por los pasillos? ¿Se habla de cine o se habla de fútbol?

Pues yo la verdad es que no he conseguido hablar, aparte de la gente del grupo, de cine ni de futbol con nadie, pero me encantaría tener ocasión de intentar hacer algún seminario, alguna cosa, porque incluso para los temas que discutimos aquí hay películas que son magníficas. Me rio mucho, no sé si conocéis 'In the Loop'. Es una película genial, entonces, hay veces que veo algunos asesores así conservadores que van por aquí pegados al teléfono y digo "Míralo, míralo, están como en 'In the Loop". Algunas películas nos podrían servir para tener debates interesantes.

Estábamos hablando del humor, 'In the Loop' es una parodia. Como figura pública que en este país te has convertido, que das escalofríos en un lado y en otro, Mongolia es uno de los medios que también te adora. ¿Cómo llevas el ser objeto de sátira?

Ser objeto de sátira muy bien, dar escalofríos no tanto. Nunca me imaginé que fuera a dar escalofríos a nadie. La sátira yo creo que es lo mejor que existe, y el humor político es lo mejor que existe, entonces cuando he visto imitaciones o cuando ves comics y tal y además en el caso de Mongolia, es humor inteligente, pues bueno, yo creo que además es un síntoma de salud democrática, es decir, a mí no me gusta que no se puedan hacer bromas o que haya figuras intocables o que no se pueda bromear sobre las figuras políticas. Por eso me enfada mucho lo de que en España se sigan secuestrando portadas de revistas como El Jueves, que parece que si se hace broma sobre la familia real, se pueden secuestrar revistas, eso me parece una barbaridad, yo creo que todo el mundo y en especial los que ocupamos un cargo público tenemos que someternos con buen humor a que nos hagan parodias.

¿Y cómo te ves te ves dentro de diez años?

Pues me encantaría verme dando clase, que es lo que a mí me gusta hacer y lo que creo que no hago mal del todo y lo que toda la vida quise ser y conseguí ser y no me gustaría dejar.

¿Y con coleta?

Imagen promocional de 'House of Cards' con Kevin Spacey

Imagen promocional de 'House of Cards' con Kevin Spacey

Bueno, eso no lo sé. Si la alopecia me respeta, que eso nunca se sabe, en general lo de ser calvo y llevar coleta no me termina de convencer, entonces si la alopecia no se porta mal conmigo lo de llevar coleta es algo que desde los 15, 16 años he llevado el pelo así. Supongo que sí. Y si no, pues bueno, si uno se va quedando calvo pues habrá que asumir la calvicie con la mayor dignidad posible.

Pero, ¿no quieres ser como Kevin Spacey en 'House of Cards' e ir subiendo escalones dentro de diez años?

Pues yo sé que esto nadie se lo cree cuando uno lo dice, pero no me parece particularmente atractivo. Llevo aquí un mes y bueno, pues hay cosas muy interesantes y me voy a esforzar mucho en hacer bien este trabajo, pero he perdido muchas cosas que echo de menos y no tener el mismo tiempo que antes para estudiar, para leer, para ir al cine, pues no me gusta, y eso de ir subiendo escaloncitos parece que cuantos más escalones subes pues más te alejas de algunas de las cosas más maravillosas de la vida y bueno, pues a priori no le encuentro mucho... No siento ese erotismo de la política de que trepar por la escalera sea lo común y muy atractivo, al contrario, tengo la sensación de tener menos tiempo que nunca y de tener más responsabilidades que nunca. También es un honor y es muy bonito lo que estamos haciendo y la ilusión que hemos despertado en mucha gente, pero bueno, en lo personal es complicado

Pablo Iglesias, eurodiputado y cinéfilo empedernido, muchas gracias por conversar con 'La Script'

Muchísimas gracias a vosotros. Es un placer de verdad. Muchísimo mejor estar con vosotros que con Jean Claude Juncker, os lo juro.

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