El mayor desastre ecológico del Mediterráneo

Madrid

Dicen los vecinos de La Unión (Murcia), que Portmán es el mayor desastre ecológico del Mediterráneo. Que el derrame de Aznalcóllar lo han solucionado. Que el Prestige también. Que ahora, Palomares. Mientras tanto, la Bahía de Portmán sigue esperando que alguien limpie la costa con más de de 7 hectáreas llenas de plomo, zinc y hierro. Son los restos que quedan a la vista hoy, después de 25 años, tras el derrame al mar de residuos provenientes de la explotación minera en manos de la francesa Peñarroya.

Al entrar en La Unión por carretera, un cartel ya lo advierte: nos adentramos en un pueblo “minero y flamenco”. Más de 700 familias sobrevivían cada mes gracias a la explotación minera. El problema comenzó con la llegada de Peñarroya, y con ella, de las explotaciones a cielo abierto. Durante más de 30 años los vertidos procedentes de la mina pasaban por el Lavadero Roberto –hoy un conjunto de chatarra que reina una colina– y, de ahí, directos al mar.

El Mediterráneo soportó los residuos hasta que se cansó. Todo lo que llegaba, lo devolvía. Hoy, donde antes había agua, hay una tierra oscura, brillante, donde se entremezclan el amarillo del zinc con el marrón y el negro del hierro.

Este sábado en ‘A vivir’, nos acercamos hasta Portman de la mano de Bru Rovira y Javier del Pino. Recorremos la bahía con Pedro de la Hoz, un ingeniero de minas que ha dedicado parte de su vida a elaborar un proyecto de regeneración de la bahía. La misma donde, mientras él crecía, mineros como su padre lanzaban los residuos al mar con la aprobación del gobierno franquista.

Además, escuchamos el testimonio de Pedro Baños, que desde los 18 años lleva luchando desde el ecologismo por una bahía más limpia, y por la comprensión de sus vecinos, que veían en él una amenaza a sus puestos de trabajo.