¡Viva el vino!

Madrid

Pasada la medianoche, el PP publicaba un comunicado breve en el que anuncia que le abre expediente disciplinario al candidato al Congreso por Segovia Pedro Gómez de la Serna y al actual embajador en la India, Gustavo de Arístegui. Los dos han admitido haber cobrado siendo diputados como comisionistas de empresas españolas. Pero, además, hoy la SER puede contar algo más.

A los ocho meses de ser embajador en la India, la sociedad de Arístegui cobró por un informe sobre las oportunidades empresariales en aquel país. Él todavía figura como administrador de esa sociedad. Asegura que de facto no lo es pero que no puede registrar el cambio oficialmente para eludir el embargo de Hacienda que le reclama 163.000 euros. Todo un representante de España en el exterior. Ahora mismo, no hace años. Y por lo que se ve, tampoco en esta ocasión, como en otras, a su partido le llamaba la atención ni le extrañaba este estado de cosas hasta que se ha publicado en los medios.

Dos días después de que la SER les contara este caso, Rajoy, ayer, seguía sabiendo poco del tema y por lo que sabía, le parecía legal: “Tampoco me sé muy bien el asunto. Lo que dice el señor Gómez de la Serna es que él es diputado, pero el Congreso le permite compatibilizar su labor como diputado con el ejercicio de su profesión. Y lo ha hecho. Por tanto, no hay nada ilegal ahí. Y yo creo al señor Gómez de la Serna”.

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Doce horas después de esas palabras en TVE, el partido que todavía preside Rajoy, le abría expediente a De la Serna y a Arístegui. Quedan diez días para las elecciones y a fecha de hoy los votantes de Segovia tienen en la lista del PP al diputado expedientado y el embajador sigue en su sitio. Los mítines y los debates se pueden llenar de grandes palabras, pero la realidad no se evapora con la fanfarria electoral.

Y es que los populares llevan al ecuador de la campaña perseguidos por la ligereza con que utilizan el dinero público sus adalides del liberalismo. Porque hoy sabemos también que en Castilla La Mancha, mientras Cospedal recortaba, sus cargos públicos no reparaban en gastos.

Ignacio Villa, director durante esos años de la radiotelevisión pública regional, no sólo se gastó 136.000 euros con sus visas opacas en restaurantes, hoteles de lujo, compras en Louis Vuitton e incluso gastos de supermercado. También -y esto lo avanza la SER- se gastó casi 5.000 euros públicos en llamadas de teléfono a un mismo número de Hong Kong, donde él había nombrado a una corresponsal. 300 llamas a la corresponsal, alguna de hasta 40 minutos. Y días en los que habló con ella hasta 11 veces.