No hacer lo mismo que denuncias

Madrid

El Frente Nacional, el partido de extrema derecha francés, no ha conseguido alzarse con el Gobierno en ninguna de las regiones del país en las que se suponía que era más fuerte. Es una excelente noticia. Ahora solo falta que los partidos que se han alzado con la victoria no lleven a cabo su misma política.

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Marine Le Pen no ha conseguido hacerse con el Gobierno de Pas de Calais, una región conocida por los vergonzosos campamentos ilegales que acogen a los cientos de inmigrantes que esperan cruzar al Reino Unido. Su sobrina Marion tampoco ha logrado alzarse con la victoria en Provenza-Alpes-Costa Azul, otra región muy conservadora, entre las más amenazadas por el Frente. En los dos lados ha ganado la derecha, que se beneficiaba de la retirada de candidaturas socialistas. No parece, sin embargo, que las elecciones regionales francesas hayan supuesto la debacle del Partido Socialista que auguraban muchas encuestas. Más bien da la impresión de que la relación de fuerzas ha estado más ajustada de lo pronosticado.

Que el Frente Nacional no consiguiera hacerse con la administración de una región era un objetivo fundamental. Primero, para que no maneje fondos oficiales. Segundo, para que no pueda llevar a la práctica sus programas. Pero Le Pen sigue siendo una fuerza política muy considerable y el peligro es que quienes han ganado advirtiendo de que llegaba el lobo, se comporten ahora ellos mismos como lobos. Qué bueno sería que tomaran ejemplo de la reconfortante imagen de un nuevo y joven primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que cuatro semanas después de tomar posesión fue al aeropuerto a dar la bienvenida a los primeros cientos de refugiados sirios que llegaban a su país.