Los secretos de la Micronutrición

La Micronutrición estudia el impacto sobre nuestro cuerpo y nuestra salud de los llamados micronutrientes, que son aquellas sustancias que nuestro organismo necesita en pequeñas dosis, como las vitaminas, minerales, oligoelementos o ácidos grasos esenciales, entre otros. Evalúa esas carencias y busca las maneras de compensarlas mediante la ingesta de dichos micronutrientes a través de plantas, minerales, etc. Eso no significa que la micronutrición persiga una alimentación basada sólo de pastillas sino que intenta determinarse en general cómo podemos ayudarnos a estar mejor utilizando estos micronutrientes. El consumo de productos prebióticos y probióticos ayuda a la hora de tratar ciertos problemas funcionales así como en la prevención de los mismos, contribuyendo a regular sosteniblemente las funciones del organismo. Actúan, en definitiva, como complemento al tratamiento de ciertas patologías, como puede ser una enfermedad del intestino, con el fin de mejorar la calidad de vida, pero no sirve para reparar la enfermedad. Lo más aconsejable es siempre acudir a los profesionales sanitarios formados en Micronutrición. Son ellos los que nos podrán indicar cuál es la dosis correcta que debemos tomar de cada micronutriente, adaptando sus indicaciones al estado y las necesidades concretas de cada individuo. ¡Ojo! Es muy importante no tomar suplementación sin la supervisión de un especialista porque aunque en general este tipo de elementos no son nocivos, es cierto que algunos de estos suplementos -como el Ginseng- no se pueden tomar durante el embarazo o la lactancia, ni deben consumirlo los niños. Existen tres grandes campos de acción de la Micronutrición. 1. Equilibrar la flora intestinal y mejorar la salud digestiva con los probióticos y los prebióticos. 2. Proteger al organismo de las agresiones y de los efectos del envejecimiento con los protectores celulares 3. Cubrir las carencias derivadas de los modos de vida y del mal funcionamiento del organismo con los complementos nutricionales La micronutrición y la alimentación van de la mano. La primera sólo actúa allí donde no llega la segunda. Es decir, las principiales fibras prebióticas nos las debe aportar el alimento: una dieta equilibrada y saludable que nos aporte fibras prebióticas como son las procedentes del plátano, el ajo, el puerro, las legumbres. Los complementos son, como su propio nombre indica, complementos que ayudan a compensar una falta de probióticos o prebióticos con el fin de tener un ecosistema intestinal equilibrado. Es decir, que se encuentra en equilibrio entre el buen funcionamiento de la mucosa intestinal y una microbiota correcta. Si nuestro ecosistema se desequilibra, podemos sufrir trastornos digestivos, experimentar una multiplicación de gérmenes “enemigos” o fomentar una mala comunicación con el sistema inmunitario.