Cómo hacer la compra para comer sano
Tips para que las visitas al supermercado no echen a perder una buena rutina alimenticia
Mantener una dieta sana y equilibrada requiere cierto esfuerzo. No sólo en el caso de regímenes de adelgazamiento sino en general. Es fácil caer en la tentación de comer todos aquellos alimentos que no deberíamos comsumir de forma cotidiana, como el chocolate, los refrescos o bebidas azucaradas, salsas de todo tipo, etc. ¿Cómo evitarlo? La respuesta es mucho más evidente de los que pensamos: No teniendo esos alimentos en nuestra nevera.
BeOK: Programa completo (09/04/2016)
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Ya en el primer programa de BeOK hablamos de lo que nos gusta llamar "fondo de nevera", es decir, de todo aquello que debe haber en nuestro frigorífico y de todo lo que nunca -o casi nunca- deberíamos tener. Y para asegurarnos de ello tenemos que rebobinar y volver a la raíz del problema: el momento de la compra. Si no metemos en el carro lo que no hay que comer... ¡Problema resuelto! Y la clave está en hacer una lista de la compra bien pensada y ceñirse a ella.
Cómo hacer la lista de la compra
Lo primero es hacer una especie de cuadro semanal con los menús de comidas y cenas para saber más o menos los ingredientes que vamos a necesitar y saber si los tenemos que comprar o no en función de lo que ya contenga nuestro frigorífico. Esos menús tienen que ser equilibrados y estar compensados, de tal forma que a lo largo de la semana se ingieran alimentos de los distintos grupos y en las proporciones correctas.
- TIPS PARA UNA BUENA RUTINA DE COMPRA
También puede ayudar el tener una pizarra o una lista que quede imantada en la puerta de la nevera para ir apuntando los productos que se van acabando y que hay que volver a comprar. De esa manera no sobrará ni faltará nunca nada. La podemos organizar, además, por grupos de alimentos (productos de desayuno, quesos, embutidos, carnes, pescados...) para asegurarnos de que no se nos olvida nada.
Por un lado los carbohidratos rápidos como el pan, el arroz, los cereales, la pasta. Por otro, la proteína (todo lo que corre, nada, vuela, salta y anda) como carne, pescado, huevos… En un tercer grupo las verduras o vegetales -si pueden ser frescas mejor que en bote, y congeladas mejor que en lata-.
En otro apartado irían las frutas. Por otro lado la leche y demás lácteos incluyendo la mantequilla. Y, finalmente, los condimentos como el aceite, mostaza, salsas, especias y hierbas.
Ya en el momento de hacer la compra, lo mejor es recorrer en orden los pasillos del supermercado para ir viendo los productos que se encuentran en el lineal. Muchas veces hemos olvidado apuntar algo en la lista y esta es una buena forma de recordarlo.