Un país con aluminosis

Madrid

No sé si todo el mundo sabe qué es la aluminosis. La palabra posiblemente les suene pero por si desconocen de qué hablamos exactamente, yo se lo cuento: la aluminosis es una patología del hormigón que aumenta su porosidad, lo hace menos resistente y por lo tanto puede poner en peligro la estabilidad de un edificio. En los años 60, 70 se construyó mucho con cemente aluminoso, pero hoy tengo la sensación -y no es la primera vez- de que es España como país la que tiene un problema de aluminosis. La última demostración, el último temblor que se ha sentido en la casa lo ha provocado un ministro tras casi cinco días haciendo rodar una bola de mentiras con lo de sus paraísos fiscales que al final se lo ha llevado por delante…pero que además ha comprometido a sus compañeros de gobierno –incluido Rajoy- que hasta ayer mismo le defendieron a capa y espada. Desde luego no tiene nombre –bueno, sí lo tiene- lo de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría en la rueda de prensa de esta tarde cuando ha soltado, con toda la pachorra del mundo, que ya no hacen falta más explicaciones en el “caso Soria”. ¿Cómo que no hacen falta…? ¿Será posible…?

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Pero es que además hoy mismo se nos solapa todo este escándalo político con la operación policial contra Manos Limpias y Ausbanc, dos organizaciones que han hecho aflorar bastante porquería en los últimos años pero sobre las cuales se proyecta ahora la sospecha de que estaban tanto o más contaminadas que aquellos a los que perseguían. Y ya como guinda del pastel, un insólito comunicado de la Fiscalía General del Estado que cuestiona, que pone en tela de juicio la actuación policial que desembocó esta misma semana en la detención del alcalde de Granada por supuesta corrupción ¡¡¡Todo esto en un día, sólo en un día!!! Lo dicho, tenemos problemas de aluminosis. La duda es si será necesario derribar el edificio o estamos a tiempo de restaurarlo. Pero crujir, ya lo creo que cruje.