SER ConsumidorSER Consumidor
Economia y negocios
OPINIÓN

Los azucarillos menos dulces

Sinazucar.org

Madrid

En las últimas semanas estamos viendo en twitter diferentes fotografías de la web SinAzucar.org en la que un fotógrafo, Antonio Estrada, está reflejando las cantidades exactas de azúcar ( el producto con los terrones correspondientes al lado ) que tienen muchos alimentos habituales en nuestra alimentación. La verdad es que todos habíamos visto antes alguna imagen similar, pero no deja de ser una magnífica iniciativa para, secuencia tras secuencia, día a tras día, poder visualizar el azúcar "invisible" que aportamos a nuestro organismo con una Coca Cola, una salsa César o un simple brick de tomate. Un azúcar "oculto" que llevan años denunciando también en Ser Consumidor dietistas-nutricionistas que no se casan con nadie, como Juan Revenga y Julio Basulto. Pero esta acertada denuncia fotográfica de Estrada demuestra, a mi modesto modo de ver, otras muchas cosas al margen de la curiosidad que despierta.

Por ejemplo, que la información que se ofrece a los consumidores en los envases y recipientes sobre los azúcares que contienen muchos productos es bastante deficiente.

Y que se ofrece de forma mucho menos visual de lo que quizá se debería para llegar mejor al usuario. Pero claro, si al lado de un determinmado café de Starbucks pusieran la foto de 20 terrones de azúcar, ¿lo consumiría alguien?

También denota que las administraciones sanitarias nunca han demostrado excesivo interés en que esta información, como ocurre con otros componentes de muchos alimentos, como ciertas grasas o la propia sal, sean realmente "transparentes"para todo el mundo. En mucho casos, todo lo contrario, confusas.

Ni se han esforzado en frenar los muchos equívocos que hay sobre la materia, todo pese a los altos índices de obesidad y sobrepeso en la población española, incluyendo los niños, con el "peso" que eso supone para las cuentas de los estados por su obvias contraindicaciones sanitarias. Cabe preguntar: ¿Una mejor formación evitaría que muchos usuarios bebieran con moderación ciertas bebidas, comieran menos ciertos productos, mantuvieran “controlados” ciertos desayunos, dejarían de consumir otros supuestamente "saludables"? Seguramente.

Tampoco se puede decir que hayan puesto mucho "peros" para a que la industria participe activamente en marcar las líneas maestras de las políticas antiobesidad, cuyos nefastos resultados son más que evidentes. Políticas que a veces únicamente les beneficias a ellos...

Tampoco se han esforzado mucho por controlar el vergonzoso apoyo de ciertos colectivos médicosa determinados alimentos.

Es obvio que se está jugando con la desinformación, con la información interesada, con la ocultación de datos, con la forma de presentar las cosas para que ni mucho menos todos los consumidores las entiendan. Es decir, con la salud de los ciudadanos.

En definitiva, estamos ante una aparente contradicción: tenemos la alimentación más segura que nunca, es verdad, pero también tenemos a mano la alimentación más insana. Y una mala elección continuada del consumidor, en parte propiciada por una desinformación muy interesada sobre ciertos componentes de no pocas alimentos habituales en las estanterías, que algunos se encargan de que no llegue al destinatario final, hacen un cóctel muy peligroso. Un combinado que un fotógrafo ha decidido visualizar con su cámara en uno de sus componentes más polémicos, el azúcar.

Un nuevo caso que demuestra que una imagen vale más que mil palabras. Ahora estamos viendo los azucarillos menos dulces: los de la verdad que menos gusta a ciertas industrias. Quizá las mismas que, como contaba esta semana Julio Basulto en El Comidista, se han gastado 1,4 mil millones de dólares para que el famoso etiquetado de colores, el semáforo que debía informar al consumidor de alimentos peligrosos (rojo) y saludables (verde), no saliera adelante. Cuanto menos sepamos, mejor.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00