¿Por qué miente el abad?
Después de casi 80 años nuestro país no tiene una versión indubitable sobre lo que sucedió con estos presos
Madrid
La Cadena SER ha difundido el informe que el anterior abad del Valle de los Caídos, Alselmo Álvarez, envió a Patrimonio Nacional en 2005 en el que ofrecía su versión sobre “malentendidos y tergiversaciones” en torno al monumento franquista. En resumen afirma que los presos que trabajaron allí lo hicieron voluntariamente y que cobraban de hecho un salario superior al de los obreros libres de igual categoría laboral.
El abad dice medias verdades, que es la peor forma de mentir. Porque los presos escogían “voluntariamente” entre dos cárceles: una horrible; la otra, menos horrible, arriesgándose a represalias si no optaban por trabajar en el Valle. Y porque, siendo verdad que las empresas a quien el régimen subcontrataba a estos trabajadores debían pagar ese salario, entonces unas 11 pesetas diarias, el preso recibía en mano sólo 50 céntimos. El expolio se matizaba si tenía mujer e hijos, pero como mucho recibía un tercio de lo que merecía. Nunca se ha podido saber ni cuánto dinero fue expropiado ni en manos de quién acabo. El problema, en todo caso, no es un abad mentiroso, sino que casi 80 años después nuestro país no tenga una versión indubitable sobre lo que sucedió con estos presos cuyo trabajo se parecía muchísimo a un trabajo esclavo.
