El peligro de las prisas
Los nueve detenidos la semana pasada en Cataluña comparecen esta mañana ante el juez. Pero ya es igual lo que ahí ocurra, y los sucesivos pasos que queden por darse en este caso, puesto que hay muchos ciudadanos que tienen opinión tomada

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A fuerza de cometer errores y de verlos cometer a otros aprendí el peligro de las prisas y aprendí a esperar. Las prisas, además, empujan de una manera especial a los periodistas, por la tentación de la primicia. En ocasiones es indistinguible el fallo por precipitación del asalto intencionado a la carrera para crear opinión pronto, antes que nadie. Esto se ha convertido en una regla de oro, una rutina del marketing político actual.
Los nueve detenidos la semana pasada en Cataluña comparecen esta mañana ante el juez. Pero ya es igual lo que ahí ocurra, y los sucesivos pasos que queden por darse en este caso, puesto que hay muchos ciudadanos que tienen opinión tomada. Muchos ya saben que son terroristas; hicieron suyas las sospechas de la Fiscalía y las convirtieron en pruebas antes de que lo fueran. Y pasma encontrarse entre ellos a personalidades públicas y políticas, que se precipitan de esta manera marcando sin la más mínima duda esta circunstancia, incluso llevándola más lejos, llegando a embolsar a todo el independentismo en ese presunto terrorismo.
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Otros hacen justo lo contrario, saben exactamente que son inocentes y que además están siendo perseguidos por la saña de un estado opresor. También pasma encontrarse entre ellos a grandes personalidades públicas y a algunas autoridades del Estado, por ejemplo Torra, que aunque finja ignorarlo es la primera autoridad del Estado en Cataluña.
En su paso hoy ante el juez es posible que intuyamos algo más el futuro que pueda tener este caso. Lo más importante, desde luego, es saber si de verdad hay grupos dispuestos a llevar su radicalidad hasta la locura de la violencia. Mientras averiguamos, probamos y confirmamos cosas, ¿podríamos embridar los caballos y no soltarlos al galope? ¿Son terroristas? Yo no lo sé. ¿Están siendo acusados de terrorismo sin pruebas suficientes? Tampoco lo sé. ¿Eso es ser equidistante? Igual de equidistante que la Justicia, porque hasta que lleguen las pruebas, la Justicia tampoco lo sabe.




