Podcast especial Miguel Hernández | Otro hombre
El poeta pierde el miedo. Dos meses después de la detención es llamado a declarar ante el Juez de la Prensa de Madrid. En esa declaración reconoce sus ideales antifascistas
La instrucción acaba, el juez militar firma sus conclusiones y el Consejo de guerra dicta sentencia
Miguel Hernández: memoria, dos procesos contra un poeta (Episodio 2) | Otro hombre
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Madrid
Después de declarar con miedo ante la Guardia Civil que lo detuvo, no volverá a hacerlo más. Lo que verá en la cárcel, la gente que conoce y el hecho de no acabar como Lorca con el paso de los días, le convence de que saldrá de prisión y que no habrá de renegar lo que ha hecho y lo que es él.
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Carmen Alemany, catedrática de literatura y autora de Miguel Hernández, el desafío de la escritura, señala la “enorme diferencia” entre la poesía que escribe durante la Guerra Civil y durante el tiempo de prisión. Además, recuerda cuando el escritor iba a las trincheras para leer sus poemas y animar a los combatientes.
La estancia en prisión le hace cambiar su forma de escribir. “El Miguel Hernández más auténtico, más personal, es el del Cancionero y romancero de ausencias”, explica Carmen.
“Ve que no lo han ejecutado y llega a la prisión de Torrijos y ve que las cosas no son tan oscuras como parece. Se encuentra con dos amigos y ya no es un hombre solo”, añade José Luis Ferris poeta y autor de Miguel Hernández: pasiones, cárcel y muerte del poeta.
Dos meses después de la detención, declara ante el Juez de la Prensa de Madrid. En el documento, escrito a mano, Miguel Hernández reconocía sus ideales antifascistas y revolucionarios y creía que el movimiento nacional no podía “hacer feliz a España”.
“Vemos a un Miguel Hernández crecido, aun sabiendo las consecuencias que le podría traer”, señala José Luis Ferris.
"Es preciso matar para seguir viviendo"
En paralelo, el juez va pidiendo informes y en la causa se incorpora el testimonio del alcalde de Orihuela. El juez pide ejemplares de los periódicos donde escribió el poeta y, por ejemplo, el diario Arriba le manda copias de su hemeroteca, de los artículos que firmó en La Voz o en El Sol. Además, también se añaden al sumario incorporan hojas donde se cita a Miguel Hernández o donde se publican poemas suyos.
“Es preciso matar para seguir viviendo”, llegó a escribir Hernández. Todas lo que escribió durante la guerra, son pruebas que lo incriminan. En este sentido, la firma del ‘Manifiesto de la Alianza de Intelectuales’ será una de sus principales acusaciones.
La instrucción se acaba y el juez militar firma sus conclusiones que habrán de enviarse al Consejo de guerra y que dictará sentencia: “Calificación penal: adhesión a la rebelión. Penas que se piden: muerte”. ¿Cómo pudo salir de prisión un hombre al que estaban a punto de condenar a muerte?
No podrán atarme no. Este mundo de cadenas me es pequeño. ¿Quién encierra una sonrisa? ¿Quién amuralla una voz? Libre soy. Siénteme libre, solo por amor