Fuera. Largo de aquí.
Vayan admitiendo que esos ex uniformados que tanto claman por la democracia pero que lucen en su pecho, tan ufanos, todas las medallas posibles de la ominosa y pútrida dictadura franquista, cuentan con muchos más amigos de los que ustedes creen
Fuera. Largo de aquí.
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Tiene lo suyo que el aniversario de la Constitución se haya movido entre unos cuantos centenares de militares jubilados, y las noticias de los desmanes económicos de Juan Carlos I. Malo lo primero, peor aún lo segundo.
Vayan admitiendo que esos ex uniformados que tanto claman por la democracia pero que lucen en su pecho, tan ufanos, todas las medallas posibles de la ominosa y pútrida dictadura franquista, cuentan con muchos más amigos de los que ustedes creen.
Por ejemplo, en política, donde Vox, naturalmente, es su cantina cuartelera de diario, pero también en el PP, la whiskería de lujo donde alternar los fines de semana.
¿Acaso no llaman gobierno ilegítimo al de Pedro Sánchez los grandes líderes y demás aves de la pajarera de Génova? Están también sus amigos y animadores en la prensa de la caverna, diarios centenarios y mequetrefes digitales, suelo de guano, paredes de odio y techo de desvergüenza.
¿Y qué decir del rey emérito, sus millones y su fraude fiscal? Todos ellos, un gran fardo y en cohete hacia Plutón. Como poco.
