Salud mental: normalizar para salir adelante

Madrid

La importancia que tiene la salud mental se ha puesto en el punto de mira a lo largo de estos últimos meses. En este escenario, los jóvenes son uno de los grupos que más ha sufrido las consecuencias de la pandemia. El cierre de colegios, institutos y universidades y la inestabilidad económica han perjudicado su salud mental y bienestar emocional. Solo en los hospitales de Madrid hay diariamente entre 30 y 45 adolescentes atendidos en las urgencias pediátricas esperando ser ingresados en una Unidad de Hospitalización para adolescentes por problemas mentales.

“Vivir con un problema de salud mental es duro, es un mal trago y cuesta. Hay muchos ingresos, muchas discusiones, el tratar con la familia se hace duro, te miran de una manera distinta porque no saben cómo tratarte”, confiesa uno de los veinteañeros con los que conversó Beatriz Nogal. Los tres jóvenes que padecen trastorno mental coincidieron en una cosa: vivir con el estigma es lo más duro para ellos, y lo más importante es “normalizarlo, pedir ayuda y dejarte ayudar”.

Ser joven puede ser un factor de riesgo, indican los expertos. “Sobre todo en la edad de la adolescencia donde se activan tantos desafíos, tantas cosas por resolver, de saber quién es uno en la vida… Cuando hay tantos frentes abiertos, la vulnerabilidad es mayor”, nos cuenta Mariano Hernández Monsalve, psiquiatra del Centro de Salud Mental de Tetuán perteneciente al Hospital La Paz.

Con el tiempo se va comprobando que, en la adolescencia se configuran muchas cosas de lo que va a ser tu vida. Como nos explica Mariano, “en edades adultas vemos problemas psíquicos importantes y al rastrear los orígenes, muchas veces los problemas comienzan en esa época”. “Si no se resuelven bien en esas edades puede que se arrastren a lo largo de los años”, concluye.

Nely Parga Soler, psiquiatra en el mismo centro que Mariano, cree que, aunque la adolescencia sea una época de especial vulnerabilidad en la que aparecen síntomas de trastornos, pueden desaparecer con el tiempo y con un buen soporte tanto de la familia como de la sociedad, se puede acabar con ello.

Nely cree que durante la pandemia “se les ha señalado y culpabilizado constantemente a los jóvenes. Además del miedo de contagiar a sus mayores y el cambio de percepción de su futuro, se les ha señalado constantemente en los brotes, y no siempre ha sido así, deberíamos dejar de señalarlos”.

Nos cuenta que, desde que terminó el confinamiento, los ingresos y las urgencias psiquiátricas han aumentado, sobre todo a partir de octubre, que hubo una avalancha en la que se ha encontró muchas situaciones de suicido que le impactaron. “Muchos aparecen con síntomas depresivos, autolesiones, trastornos alimentarios e incluso con intenciones suicidas”, manifiesta Nely.

Ambos coinciden en que hay que normalizarlo y dar visibilidad a estos problemas y ofrecer más información y medios para que se normalice y se pueda hablar sobre ello.