Bob Pop elige sus dulces navideños favoritos, con uno por encima del resto: "Es una experiencia mística"
El escritor afirma que es "lo único" que le gusta "de la Navidad", y elabora una lista con los que sí tolera y los que no, destacando en primer lugar el roscón de Reyes, que es "Patrimonio de la Humanidad"
Madrid
Bob Pop regresa en 2022 a Hoy por Hoy con una de sus ya tradicionales listas, la primera del año. En esta ocasión, el escritor ha charlado junto a Àngels Barceló para repasar "eso que no dejamos atrás aunque nos cargue de culpa", los dulces navideños, que aunque pase la Navidad siguen por casa. "Son tan entrañables, es lo único que me gusta de la Navidad", dice Bob Pop.
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Sin embargo, por encima de todos hay uno que compite en una división superior a los demás: "Quiero hacer una defensa abierta del roscón de Reyes en todas sus manifestaciones". "Roscón de reyes siempre, con todo, es Patrimonio de la Humanidad", añade.
Pero solo para dos días, nada más. "Hay que venderlo el día 5 de enero y dejar de venderlo el día 6, un arte efímero. Que no puedas comprarlo el día 7", sugiere, y sentencia: "El roscón de Reyes de noviembre no es magia". Para Bob Pop es sagrado, con todo: "La fruta escarchada solo la consiento encima del roscón, es parte de la experiencia. Lo único que no me como es la figurita. El roscón es para mí una experiencia mística".
¿Turrón sí o no?
Para Bob Pop, mejor evitarlo: "Sé que es una opinión impopular, a la gente le chifla". "Solo me gusta el de chocolate, sin almendras", confiesa, y admite: "Soy como el menú infantil, sé que es intruso incluso, pero el resto no puedo". "El turrón de yema es para que se te queden los dientes pegados", critica, aunque respeta que "a España le gusta".
¿Los polvorones? "Un sí como una catedral"
"A mí me encantan, sobre todo los de canela, y que sean de diferentes formas de comer, aplastado, hay gente que lo moja, entero, a bocados...Siempre es un sí, no te lo comes en noviembre", opina sobre los polvorones.
Hay otros que no están en su lista de favoritos. "Las peladillas son un no, las veo más para hacerme un collar que para comérmelas. No entiendo el concepto, es estropearte la vida. No a la peladilla", explica. O sobre los pastelitos de gloria, "salió de algunas sobras y le pusieron un nombre navideño. Es un sí absoluto".
Tampoco las hojaldrinas: "El hojaldre navideño es una barbaridad habiendo bollo gordo. Se te desmiga y no engorda lo que debería". Igual que el mazapán de Toledo, "no con la boca vacía de mazapán. Parece que por su historia lo podría reivindicar Vox, una razón más. No lo entiendo. No al mazapán". O el pan de Cádiz: "Contiene las dos cosas que más odio, la fruta escarchada y el mazapán". "Es la versión disimulada del turrón duro. Te la quieren colar", cuenta de la torta imperial.
Adora los barquillos o los calendarios
"Los barquillos o neulas son un sí absoluto, y ya si lo mojas en champán o cava, maravilla", cuenta por ejemplo. También ama los calendarios de Navidad con un matiz, "o le pones chocolate bueno o yo me bajo". "Si fuera con chocolate bueno lo haría todo el año, cada mes. Es bonito, me encanta la idea y enseñarlo a los niños, pero por favor que el chocolate lo hagan mejor", analiza.
Y por último, el panettone, "para mí debería estar todo el año. Este ha sido el año del panettone", concluye, con una lista en la que hay algunos que salen muy bien parados y otros que no tanto.
Rafa Aranda
Redactor de Cadenaser.com desde junio de 2021 sobre todo tipo de información general tras haber trabajado...