Bush se hunde en los sondeos en plena carrera por la reelección

Washington

El presidente George W. Bush atraviesa por sus peores momentos desde que llegó a la Casa Blanca. En plena carrera por la reelección, su popularidad cae en picado por el asunto del uranio africano y otras supuestas mentiras para justificar la guerra. Hasta en los sondeos de los medios más conservadores suspende el presidente.

Todas las encuestas publicadas en las últimas horas son un contratiempo para Bush. Primero, el sondeo de CNN y Time desvela que el índice de aprobación de su trabajo como presidente ha caído ya a un 55%, una cifra sumamente modesta para alguien que está en la Casa Blanca y que, en teoría, acaba de ganar un guerra.

Y ese precisamente puede ser el problema, porque solamente cuatro de cada diez encuestados creen que la campaña militar en Irak puede calificarse como éxito. Dado que al final lo que importa es el bolsillo, la mayoría de los encuestados también se queja de que Bush no está haciendo un buen trabajo en el terreno económico.

MÁS DE LA MITAD DE LOS VOTANTES, CONTRA BUSH

Otro sondeo de una empresa independiente revela que por primera vez desde las últimas elecciones más de la mitad de los encuestados dicen que en las próximas presidenciales se inclinan por votar al contrincante de Bush, sea quien sea.

Esto se confirma con una encuesta más, sobre todo porque la ha hecho la conservadora Fox News. Sus datos aseguran que sólo el 42% del electorado apostará por reelegir al presidente Bush en noviembre del próximo año. Es decir, menos de lo que le hace falta para ganar.

RENACEN LOS DEMÓCRATAS

El Partido Demócrata, que durante 20 meses ha estado agazapado bajo un discurso monótono y falto de reproches, ha encontrado por fin el catalizador político que necesitaba.

Aunque Harry Truman solía decir que Moisés nunca habría ido muy lejos si se hubiera fiado de las encuestas, los porcentajes han alimentado un furor demócrata que hasta los republicanos echaban de menos. Tienen el argumento perfecto para la indignación en el reconocimiento de culpa por parte de la Casa Blanca, que acepta haber incluido acusaciones nada fiables en un discurso de Bush.

Quienes más se lanzan al deporte repentino de criticar a Bush son, como cabía esperar, los nueve candidatos demócratas a la nominación presidencial de su partido. Howard Dean, el ex gobernador de Vermont que se dispara en las encuestas, ha acusado a Bush de "llevarnos a la guerra con excusas falsas". Varios han extendido sus ataques más allá de las mentiras de la guerra: "Bush tiene que decir también la verdad sobre la economía de EE UU. También nos ha engañado ahí. Es hora de que acepte que los recortes de impuestos no funcionan", dice otro aspirante demócrata, John Kerry.