Miles de chiíes participan en Nayaf en los funerales de los guardaespaldas y el chófer del ayatolá Al Hakim
"Muerte, muerte a los que cometieron este acto"
Miles de chiíes se reunieron esta mañana en una gran plaza de la ciudad santa de Nayaf (175 kilómetros al sur de Bagdad) para participar en los funerales de dos guardaespaldas y el chofer del ayatolá Mohamed Said al Hakim, muertos ayer en un atentado.
Los grandes ayatolás de la Hawza (la más importante autoridad religiosa chií) encabezaban el cortejo en la plaza de la Revolución de 1920, que conmemora la revuelta de los chiíes contra los británicos.
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Los participantes gritaban: "No hay más dios que Dios y Mahoma es su profeta", y enarbolaban una gran banderola en la que estaba escrito: "Nosotros, ciudadanos de Nayaf, denunciamos este acto cobarde y estamos como una falange detrás de la Marjaiyah (el consejo de las más altas referencias religiosas). Muerte, muerte a los que cometieron este acto".
El atentado, ocurrido ayer por la tarde, estaba dirigido contra la casa del ayatolá Hakim, uno de los cuatro "marjaa" (referencias religiosas supremas) de la Hawza de Nayaf. Dos guardaespaldas y un empleado del dignatario religioso murieron a consecuencia de la explosión y por lo menos otras seis personas resultaron heridas, indicó un portavoz del ayatolá Hakim, Abdel Hussein al Kadi.
Los manifestantes llevaban banderas verdes y negras, los colores del Islam y del chiísmo, y retratos del ayatolá Hakim. "Denunciamos este acto dirigido contra la Marjaiyah y pedimos a los ciudadanos de Nayaf que asuman su responsabilidad para oponerse a estos atentados que apuntan a romper la unidad de los chiíes", afirmó a la AFP un miembro de la familia del marjaa, Sayyed Ali al Hakik. En recientes entrevistas a AFP, el ayatolá Hakim indicó que había recibido amenazas de muerte, sin precisar su origen.
Una lucha de influencias opone a la Hawza, que exhorta a los chiíes a la paciencia frente a la ocupación estadounidense, con el joven imán radical Moqtada al Sadr, que predica en la ciudad vecina de Kufa.
El jeque Kadi estimó que la actitud pacífica de la Hawza fue la razón del atentado. "Desde que terminó la guerra y hasta ahora, las regiones chiíes no han manifestado ninguna resistencia contra los estadounidenses", declaró. "Son los ulemas que predican al pueblo la paciencia y la paz los que están en la mira", agregó.