Bush insiste en que tiene un "buen plan" para estabilizar Irak
Pide a los iraquíes que se involucren más en la formación de un nuevo Gobierno
El presidente de EEUU, George Bush, instó hoy a los iraquíes a involucrarse más en la formación de un nuevo Gobierno en Irak y afirmó que Washington sigue teniendo un "buen plan" para poder estabilizar y democratizar a ese país.
"Queremos que los iraquíes estén más involucrados en el gobierno de su país", manifestó el presidente en unas declaraciones a la prensa, en las que confirmó que el administrador civil para Irak, Paul Bremer, regresa hoy a Bagdad para acelerar este proceso.
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Sobre los crecientes ataques contra las tropas ocupantes, Bush dijo que "tenemos una buena estrategia para derrotar a estos asesinos (...). Prevaleceremos en el largo plazo y creo que estamos haciendo un buen trabajo en estos momentos".
Esta es la primera vez que el presidente estadounidense habla públicamente de cambios en la estrategia política en Irak, tras los dos días de contactos que mantuvo con sus principales asesores del Consejo de Seguridad Nacional y Bremer, que viajó el martes a EEUU.
ACELERAR EL PROCESO
Bush aseguró que Bremer le transmitió el mensaje de los principales grupos políticos iraquíes de que quieren tener una mayor participación en las decisiones ejecutivas y consideró que esta petición "es un desarrollo positivo. Esto es lo que queremos".
El administrador civil llevará al Consejo de Gobierno iraquí el mensaje de acelerar el proceso para elaborar una Constitución y celebrar elecciones, y posiblemente para nombrar un Ejecutivo interino que ayude a los iraquíes a percibir avances políticos.
La Casa Blanca había defendido hasta ahora la vigencia del Consejo de Gobierno, cuya labor ha sido muy criticada por miembros del entorno de Bush, y la necesidad de elaborar una Ley Fundamental y un Parlamento democrático para tener un nuevo Ejecutivo.
Pero la delicada situación en Irak ha cambiado las tornas, en medio de la creciente violencia contra las fuerzas ocupantes y del creciente descontento de la población estadounidense sobre la gestión que el Gobierno está haciendo en la posguerra iraquí.