La UE no ve indicios de genocidio en Darfur
Observa una "lenta y silenciosa matanza" en una situación "extremadamente compleja"
La Unión Europea no ve evidencias de genocidio en la región sudanesa de Darfur (oeste del país), aunque constata que se están produciendo matanzas "lentas y silenciosas" y se están quemando poblados a "bastante gran escala", según la evaluación realizada por el equipo de reconocimiento que visitó Sudán la semana pasada, bajo la dirección del representante personal de Solana, Pieter Feith.
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"Para hablar de genocidio hay que demostrar que se han cometido un cierto número de actos sistemáticos contra un determinado grupo étnico. En este momento no hay evidencias de esto. Esto no supone restar importancia a la seriedad de la situación pero no podemos decir que haya pruebas", explicó Feith.
"No he visto una prueba concreta de que estos actos fueron cometidos por gente que actuaba bajo las instrucciones del Gobierno de Sudán", insistió, señalando en todo caso que la "última palabra" la tendrá el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Entre las recomendaciones de esta misión exploratoria figura el envío de un equipo europeo de consejeros policiales que se integre en la cadena de mando de las fuerzas sudanesas.
HAMBRE, ENFERMEDADES E INSEGURIDAD
La situación en Darfur es "extremadamente compleja", "hay hambre y enfermedades" y la "inseguridad" reina fuera de las áreas pobladas, según las conclusiones de la misión de reconocimiento. Además, "existen dudas de la voluntad del Gobierno de Sudán de asumir la protección de la población civil respecto de los ataques".
A pesar de ello, la Unión Europea continúa descartando una intervención militar en el país por las dificultades de un conflicto "sin frente, sin mandos claros y con fuerzas cambiantes", y apuesta por redoblar la presión sobre el Gobierno de Jartum y sobre los rebeldes como la acción "más realista y productiva" para resolver la crisis.
CUATRO FORMAS DE AYUDAR A JARTUM
Esta misión ha identificado cuatro formas para colaborar con Jartum y ayudar a cumplir el plan de acción de 30 días trazado por Naciones Unidas y evitar así las sanciones.
En primer lugar, el envío a Sudán de una misión de 25 ó 30 consejeros policiales. Se integraría en la cadena de mando y contaría con información de primera mano sobre las operaciones policiales.
La UE favorecerá medidas de confianza entre los bandos enfrentados. Se pretende que el Gobierno de Sudán despliegue allí sus fuerzas y que los rebeldes se mantengan fuera del área desmilitarizada para que los refugiados empiecen a volver.
La tercera vía se refiere a mantener la presión, tanto sobre el Gobierno como sobre los rebeldes, para volver a las negociaciones. Y, por último, los Veinticinco seguirán asistiendo a la misión de 150 observadores para verificar si se cumple el alto el fuego alcanzado el pasado 8 de abril y que hasta ahora ha sido roto en numerosas ocasiones.