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11-M

Policía y Guardia Civil no compartieron sus investigaciones sobre Zouheir antes del 11-M

El jefe de la UDYCO asegura que las escuchas a Zouhier y a "El Chino" no desvelaron la preparación del 11-M

Madrid

El responsable de la Unidad de Droga y Crimen Organizado de la Policía en Madrid, Juan Manuel Calleja, ha asegurado durante su comparecencia en la comisión de investigación de los atentados de Madrid que ni los pinchazos al imputado Zouhier ni a "El Chino", uno de los suididas de Leganés, desvelaron nada relacionado con la preparación del 11-M. Además, ha reconocido falta de coordinación policial entre la Policía y la Guardia Civil, cuyos investigadores no compartieron la información que manejaban sobre el confidente.

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La declaración de este mando policial ha puesto de manifiesto la descoordinación en las investigacions entre los cuerpos de seguridad. Por ejemplo, tanto la Guardia Civil como el Cuerpo Nacional de Policía investigaron a Rafa Zouhier, uno de los imputados por el 11-M, pocos meses antes de los atentados. Sin embargo, las fuerzas de seguridad no compartieron la información entre sí.

El ex jefe de la UDYCO también dijo que no tuvo conocimiento de la nota informativa que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil emitió el 27 de febrero de 2003 y en la que, con información proporcionada por Zouhier, se aseguraba que el asturiano Antonio Toro disponía de 150 kilogramos de dinamita que intentaba cambiar por droga en Madrid.

Así, el responsable policial aseguró que la primera referencia a los atentados del 11-M la tuvo tras escuchar la conversación que el confidente mantuvo su controlador el 17 de marzo y en la que Zouhier le alertaba de que Ahmidam "tiene detonadores, mandos a distancia, trescientos metros, tiene goma dos, o sea que...".

LO INVESTIGABAN POR TRÁFICO DE DROGAS

Juan Manuel Calleja explicó que las intervenciones telefónicas fueron autorizadas por un Juzgado de Alcalá de Henares (Madrid) en el curso de una investigación sobre un grupo de magrebíes dedicados al tráfico de estupefacientes, y que la UDYCO nunca entendió que en ellas se hablara de otra cosa que no fuera narcotráfico.

"Si hubiésemos interpretado de esas conversaciones que podía existir tráfico de armas o explosivos, habríamos actuado con inmediatez, aunque el objeto de la investigación fuera distinto", afirmó Calleja.

Según su testimonio, en dos de ellas (los días 28 y 29 de febrero de 2003) dos de los imputados por el 11-M hablaron de una "furgoneta" y de la necesidad de traer "eso del norte". Calleja ha asegurado que esas palabras no les hicieron pensar que estuvieran hablando de otra cosa que no fuera el tráfico de drogas.

ESCUCHAS DESDE EL 12 DE MARZO

La UDYCO, que solicitó el 12 de marzo (24 horas después de los atentados) la intervención del teléfono de Zouhier, escuchó las conversaciones del confidente desde el día 15. Y no fue hasta las 23.13 horas del 17 de marzo, cuando Zouhier mantuvo una conversación con un tal "Víctor" (posteriormente identificado como su controlador en el instituto armado) cuando a juicio de la UDYCO quedaba demostrado que Zouhier tenía información sobre los atentados del 11-M. Esta circunstancia fue comunicada por Calleja a sus superiores al día siguiente, el 18, y la detención de Zouhier se produjo el día 19.

El ex jefe de la UDYCO insistió hoy en que, hasta ese momento, Zouhier no se había referido nunca en sus conversaciones a armas ni a explosivos, como tampoco lo había hecho Jamal Ahmidam, "El Chino", quien también fue objeto de escuchas porque llamó a uno de los teléfonos intervenidos por la Policía del que era titular uno de los supuestos miembros de la red de narcos.

SOBRE LA SEGURIDAD EN LAS MINAS

Tras la declaración de Calleja llegó la del jefe del Servicio de Inspección o Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil, José Luis Bayona. Se ha tratado de una intervención de aportaciones para el futuro.

Bayona ha señalado que sería positivo que existieran dos juegos de llaves en los depósitos de dinamita dentro de las minas para que cuando se abran también esté presente un agente de la Guardia Civil. También ha propuesto que la Benemérica expida los permisos de manipulación de explosivos, como ya ocurre con las licencias de armas.

Sobre los desfases en los libros de entrada y salida de explosivos de la mina "Conchita", el mando de la Guardia Civil ha asegurado que los desconoce.

 
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